Mundo Deportivo (At. Madrid)

PIQUÉ TENÍA QUE SER

Un cabezazo del central igualó otro de Gerard Moreno y mantuvo invicto en Liga a un Barça que sufrió ante el Espanyol Valverde sentó de inicio a Messi, Alba, Sergi Roberto y Rakitic por la Copa y casi le cuesta caro en un campo encharcado

- Javier Gascón Barcelona

El Barça salió vivo de un derbi que Gerard Moreno le había puesto cuesta arriba con un gol de cabeza que premiaba la atrevida apuesta final del Espanyol. Cuando más sufría el conjunto azulgrana, otro cabezazo de otro Gerard, Piqué, mantuvo la condición de invicto en Liga del equipo de Ernesto Valverde, todavía líder destacado. El central elevó así la tensión de su tenso pulso con el club blanquiazu­l. Fue un derbi condiciona­do por la lluvia y un césped encharcado en el que el equipo de Quique Sánchez Flores se movió mejor, pero no lo suficiente para sumar los tres puntos ante un Barça que comenzó sin Messi.

Aunque su discurso en este inicio de 2018 siempre ha sido el de dar prioridad a la Liga, Valverde varió su plan y dejó cuatro titulares en el banquillo condiciona­do por la semifinal de la Copa del Rey, tanto por el desgaste que causó el duro partido de ida del pasado jueves ante el Valencia en el Camp Nou (1-0) como por la batalla que se avecina en Mestalla el próximo jueves en la vuelta. La ventaja en la cabeza de la Liga le permitió asumir riesgos. Se intuía que Sergi Roberto y Jordi Alba iban a rotar en los laterales, sorprendió más la suplencia de un fijo como Rakitic y lo que nadie se esperaba es que Messi descansara de inicio para dejar paso a un tridente ofensivo inédito formado por Alcácer, Suárez y Coutinho.

En el Espanyol, Quique Sánchez Flores fue más atrevido que en Copa, con dos delanteros arriba como Gerard Moreno y Leo Bapistao. El centrocamp­ista recién llegado, ‘La Roca’ Sánchez, fue suplente.

Pese a los cambios en los onces y en los planteamie­ntos, regreso al 4-3-3 en el Barça y 4-4-2 en el Espanyol, el partido comenzó parecido al de la ida de los cuartos de Copa que ganó 1-0 el equipo blanquiazu­l antes de la remontada en el Camp Nou (2-0): control culé con paciencia, pero con pocas ocasiones, y resistenci­a perica para salir a la contra, pero sin demasiadas llegadas.

Al Barça no le fue mal del todo en los primeros 25 minutos, culminados con un gran disparo de Coutinho al larguero desde fuera del área tras dos ocasiones iniciales de Luis Suárez que no definió por poco. Sin acelerar demasiado, parecía que el equipo de Valverde podía abrir el marcador. Pero a partir de un robo de Leo Baptistao a Iniesta que acabó con un disparo que paró Ter Stegen, el Espanyol creció, la afición de Cornellà-El Prat apretó y el propio Baptistao rondó el gol en dos oportunide­s más, una inmejorabl­e con un cabezazo a bocajarro. Sin Messi, antes del descanso Luis Suárez se atrevió con una falta que no entró por poco.

La segunda parte, con el césped cada vez más encharcado por la lluvia, arrancó con una gran ocasión para el Espanyol. Leo Baptistao se quedó solo ante Ter Stegen, que le tapó huecos con su salida obligándol­e a un regate que al brasileño se le escapó por milímetros antes de asistir a Gerard, que marcó, pero la jugada ya no valía.

El Barça, muy plano, estaba avisado y Valverde movió pronto el banquillo. Messi y Sergi Roberto entraron por Alcácer y Semedo. Pero el Espanyol fue más valiente que nunca este curso en los derbis: Sergio García entró en el 60’ por Jurado para jugar con tres puntas.

El nuevo escenario le vino mejor al Espanyol, más adaptado al terreno y con más chispa en los balones divididos. Sergio García estuvo más vivo que Digne en uno de ellos y su centro lo remató Gerard Moreno de cabeza para lograr el 1-0. Era el primer gol al Barça del Pichichi blanquiazu­l, con 9 goles en Liga.

Valverde recurrió a Alba, pero el balón ya no corría en un campo convertido en un charco enorme en el que Coutinho, Iniesta y Messi se ahogaban. Si llegaba el empate iba a tener que ser por alto. Y así, en el 83’, llegó el 1-1. Messi templó una falta y Piqué cabeceó con potencia.

Abroncado desde el inicio, Piqué mandó callar a la grada y la tensión estalló. Gerard Moreno le pasó factura al instante con una dura entrada que provocó una tangana sin más consecuenc­ias. En el tiempo añadido, Sergio García pidió penalti de Umtiti que no lo pareció, pero que añadió más polémica a otro derbi apasionant­e

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FOTO: PEP MORATA Piqué celebra el 1-1 en Cornellà-El Prat, donde nunca pasa desapercib­ido

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