Los de Machín merecieron al menos, empatar, pero Sergio Rico fue una muralla
El Girona compitió ayer hasta el final como lo hace casi siempre, pero un tanto de Sarabia en el primer minuto de la reanudación fue suficiente para dejar sin premio a un equipo que mereció más.
Sergio Rico, el mejor de los andaluces, detuvo una pena máxima a Aday al final del primer tiempo (42’) que acabó siendo decisivo.
El escenario que visitaba el Girona era inmejorable, temperatura muy agradable y ambiente de lujo en uno de los mejores estadios de la Liga, el Sánchez Pizjuán.
El Sevilla, empujado por su público desde el primer minuto, salió enchufado al encuentro y en los cinco primeros minutos provocó dos saques de esquina que, por fortuna para los catalanes, acabaron sin causar demasiado peligro.
El Girona, bien situado sobre el césped, supo aguantar las primeras llegadas del Sevilla y a partir del minuto diez de partido, se permitió el lujo de trenzar un par de buenas jugadas que acabaron en un centro de Aday y un tímido disparo de Pere Pons, ambos a las manos de Sergio Rico.
Las sensaciones de los catalanes a medida que avanzaba el encuentro eran mejores, después de un inicio titubeante en el que el Pizjuán estuvo muy cerca de cantar algún tanto para los andaluces.
Llegados al ecuador del primer tiempo, los locales gozaron de su mejor ocasión para ponerse por delante en una acción de mucha calidad del ‘Mudo’ Vázquez, que dejó solo a Sarabia ante Bono, aunque éste con poco ángulo, intentó superar al portero marroquí por arriba y su vaselina se marchó al lateral de la red.
El alto ritmo del encuentro daba alternativas a ambos conjuntos y en el 26’ Olunga, titular por las molestias de Stuani, conectó con un centro desde la derecha de Aday, pero la rápida intervención de Lenglet, siempre atento al cruce, hizo que el remate del delantero del Girona se marchase fuera.
Sin tiempo para relajaciones, Muriel encaró a Pere Pons después de una pérdida en el centro del campo de Mojica, pero su disparo se marchó por poco a la derecha de la portería de Bono.
En el treinta y siete, después de unos minutos de tregua al intercambio de golpes entre ambos equipos, Mojica puso un balón medido al segundo palo, que Aday remató ganando el sitio a Escudero, pero Sergio Rico hizo una excelente intervención para enviar el balón a saque de esquina.
En el 42’ llegó la jugada clave. El meta sevillista se convirtió en el héroe del Pizjuán, al detener un penalti lanzado por Aday, después de una pena máxima innecesaria cometida por Muriel, al despejar un centro con las manos.
El segundo tiempo no pudo empezar peor para el Girona, que vio