Titular tantas veces (25) como en toda la temporada pasada
Andrés es capital en los planes de Valverde
“Cada vez que tengo la oportunidad de verlo me vuelvo a emocionar como imagino que debe pasarle a la gran mayoría de culés con uno de los días más increíbles que hemos vivido pero el presente me dice que será una eliminatoria especial y muy dura”, aseguró a MD tras posar con la foto de su mejor gol culé.
Preguntado por los peligros del Chelsea de Antonio Conte, el mago azulgrana recela de su mal momento. “Es un equipo muy fiable en todos los sentidos. Los conjuntos de Conte son muy difíciles de batir. Lo hemos visto a nivel de clubs y de se- lección. Saben muy bien lo que de- ben hacer y a lo que juegan. Debere- mos hacer una gran eliminatoria para pasar”. El primer asalto, el martes pero antes toca ganar maña- na en Eibar para acercarse a su no- vena Liga. Ahora comparte el ré- cord de ocho con Messi y Xavi
Andrés Iniesta decidirá antes de acabar la temporada si continúa vistiendo de azulgrana una vez disputado el Mundial de Rusia, el cuarto y último de su carrera. El capitán, único futbolista de la historia del Barça con un contrato vitalicio, se ganó el derecho a decidir. Tiempo habrá. Ahora solo piensa en ampliar un palmarés formado por 30 títulos que le convierte en el barcelonista más laureado emparejado con Leo Messi. Y ahí sigue, ‘on fire’ y jugando como los ángeles, siendo fundamental en los planes de Ernesto Valverde.
Las cifras ratifican por qué es casi imprescindible. Andrés ha disputado 27 partidos esta temporada y en 25 de ellos ha sido titular. Solo fue suplente ante Las Palmas en octubre y el pasado domingo saliendo como revulsivo del banquillo contra el Getafe. A falta de cuatro meses para finalizar el curso, las 25 titularidades son las mismas que sumó en toda la campaña pasada, cuando Luis Enrique optó por una dosificación distinta a la que pone en práctica Valverde. Iniesta jugó 15 partidos enteros en la 2016-17 por tres en la actual, en la que está menos partidos parado. Para el Txingurri, 65 o 70 minutos de Iniesta cada día es mejor que tenerlo 90 en dos encuentros seguidos y sentado en otro.
Andrés agradece este ritmo ‘diesel’. Nueve años después del mágico 6 de mayo de 2009 en Londres, ningún futbolista de aquel Chelsea juega hoy a las órdenes de Antonio Conte. Iniesta, Messi, Piqué y Busquets repetirán en el once de Valverde, cuarto técnico azulgrana desde la marcha de Guardiola en 2012 tras caer en ‘semis’. A sus 33 años, Andrés sabe que puede ser su última noche en Stamford Bridge. E irá a por todas sabiendo lo mucho que hay en juego. En el horizonte, ganar su quinta Copa de Europa y levantarla por primera vez como capitán. Solo Paco Gento tendría más en la historia del fútbol de salir campeón en Kiev el 26 de mayo: “Sería otro sueño hecho realidad alzar la Champions. Ojalá sea así. Intentaremos hacer las cosas bien porque no hay otro camino para acercarnos a ese momento” NEYMAR FUE UN JUGADOR próximo a la voluntad asociativa de Messi en la primera media hora pero en el segundo tiempo viró peligrosamente hacia el egoísmo de Cristiano. Quiso ser protagonista desde el principio asumiendo la responsabilidad y buscando complicidades pero solo encontró una vez a Cavani. Sin más marca que la de Nacho que aún espera las ayudas de Modric , su talento hizo sufrir al Bernabéu. Tras el descanso optó por ganar él solo el partido en un ataque de egocentrismo que no le llevó a nada. Hizo mucho ruido pero no acabó nada. Atacó en solitario sin apenas compartir una jugada. De nada le sirvieron los 13 regates buenos que hizo, récord inocuo de la presente edición de la Champions. Si quería comenzar a marcar distancias con Messi y CR7, en estos momentos sigue ocupando el tercer lugar. Sus números no premian su tremendo esfuerzo: un chut, un pase al charrúa, ocho a Mbappé, cuatro faltas recibidas y dos cometidas. El portugués, con el mínimo esfuerzo y la máxima eficacia, le superó desde el punto de penalti y por un rodillazo. Queda la vuelta, que el suntuoso PSG ha empezado a jugar protestando contra el arbitraje.
EL CAMP NOU ECHÓ DE menos en su momento a Neymar pero ayer le maldecía por tantos malabares inservibles, sus robozados en el suelo y por cambiarse las botas para nada. Aunque es difícil olvidar los tiempos del productivo y mágico tridente blaugrana, la evolución de Messi como jugador coral y goleador y la idea colectiva del juego de Valverde tienen complacida a la hinchada culé. Neymar pudo seguir aprendiendo al lado de Leo y madurar para prepararse para el relevo del adiós del argentino y de CR7, pero de momento dice que es feliz y que no se mueve. La posibilidad de verse apeado en los octavos de la Champions y verse ridiculizados aterra a los parisinos, a sus divos y al jeque mientras de fondo las rencorosas esposas de Thiago Silva y Di María rajan de Emery. A Dios gracias que el Barça no les fichó