OTRA VEZ S
Un robo de balón de Iniesta derivó en un pase de gol a Messi, que empató en la misma portería del milagro obrado en 2009 El Chelsea hizo sufrir al Barça a la contra y se avanzó merced a Willian, que perdonó antes con dos remates al poste
imaginado por Conte y Stamford Bridge seguía oliendo el gol. Tras un pase imperdonable en paralelo hacia el área de Sergi Roberto, Willian volvió a engatillar con el mismo resultado: a la madera pero al otro palo. Valverde se desesperaba ante la impotencia para capear el temporal y al minuto vio otra volea de Hazard rozar el larguero. Poco antes, Piqué fue objeto de penalti al ser agarrado por Rudiger en un córner sin que el turco Çakir pitara nada. Con un 29% de posesión para los locales, suficiente para rematar el doble (6-3) que su rival, el descanso no pudo llegar en mejor momento para un Barça dándose con un canto en los dientes con el 0-0.
El Barça dio un paso adelante al inicio pero Valverde se giró mandando a Aleix Vidal calentar tras otra imprecisión de Paulinho. Los culés pisaron área con una incursión de Luis Suárez con centrochut que Courtois desvió a la banda. Fue la primera que tocó el belga contra un Barça nuevamente sin pegada lejos del Camp Nou en Europa. Pero el Chelsea aguardó otro picotazo. Solo se plantó arriba tras volar Courtois para atajar dos córners y sacar en largo. Y en la otra esquina, Cesc botó en corto para Hazard, este buscó a Willian en la frontal y a la tercera fue la vencida.
Media hora aún y 1-0 para el Chelsea. Más difícil todavía para el Barça, ya con Aleix por Paulinho. Encomendados a Messi, tras un posible penalti sobre Suárez, Leo acabó igualando el pulso pero aliándose con Iniesta. Pagando a los de Conte con la misma moneda, falló Christensen y el instinto asesino del capitán resurgió donde hace nueve años desató la locura del barcelonismo y silenció Stamford Bridge. Si entonces fue Messi quien halló a Iniesta en la media luna, esta vez se intercambiaron los papeles. Leo, a placer, batió a Courtois y liquidó su maleficio.
Quedaba un cuarto de hora. La velocidad de Willian fue el único argumento local contra un Barça más sereno y ya sin perder la compostura. El billete se resolverá en el Camp Nou pero los culés cobran ventaja con lo que querían: un gol