Los hijos de Lineker, eufóricos con Messi
El ex azulgrana cumplió la promesa y sus cuatro vástagos pudieron conocer a ‘Dios’
Londres, víspera del ChelseaBarça. Miro el reloj, son las once y cuarto de la mañana mientras caminamos (mis amigos/as de Antena3 y yo) hacia la puerta de salida del aeropuerto Heathrow para subir al coche UEFA que nos llevará al Hotel Millenium en Stamford Bridge.
Voy contento en el asiento de copiloto y sé por qué: estoy pensando en la cita que tenemos Gary (Lineker) y yo, a las 12h, para, seguidamente y con sus cuatro hijos, cumplir la promesa de conocer a “Dios” (así lo llamamos cariñosamente).
La típica lluvia nos da la bienvenida mientras sigo calculando cuándo, cómo y dónde exactamente se producirá el divino encuentro con quien se apoderó de nuestro corazón futbolístico. Gary sigue alucinando con su fútbol; sus cuatro hijos adoran a Leo; y yo continúo conformándome con verlo jugar porque, simplemente, me hace feliz saber que aún no lo he podido descifrar. Un disfrute continuo.
Por fin giro de volante y aparcamos delante del Millennium. Miro por la ventana y ahí veo a Gary; saliendo de la parte trasera de otro coche mientras mis amigos y yo recogemos el equipaje.
Abrazo con Gary y, sin perder tiempo, subimos a su vehículo para poner rumbo al hotel de nuestro amado Barça. Nos siguen sus hijos en un taxi. Todo controlado y en el horario acordado para llegar antes que la expedición del F.C.Barcelona al hotel de concentración.
A las 13,05h llegamos al hotel, entramos en recepción -con el séquito detrás- mientras Gary y yo comentamos: esto parece un atraco a un banco, pero...¡a cara descubierta!! Y risas, más risas!!
Y al fin llegan los jugadores. Primero nos topamos con Piqué (que ya conocía personalmente a Gary) y nos guía, amablemente, a la planta donde entrarán todos sus compañeros para almorzar. Para George, Harry, Tobias y Angus, los hijos de Gary, nervios que no permiten la espera sentados. Permanecen de pie y excitados, como si su todo se lo jugarán hoy y no existiera un mañana. Llega Pepe Costa y nos abrazamos. Le presento a Gary y a sus hijos y Pepe nos dice que Messi aún está dejando el equipaje mientras nosotros depositamos unas camisetas, para firmar, sobre una mesita.
¡Y ahí viene!, acompañado de su inseparable amigo Luis (Suárez) andando, tan tranquilo como risueño, hasta llegar a nuestra ubicación. Empieza el momento soñado por los hijos de Gary, mientras realizo las oportunas presentaciones con Pepe Costa siempre atento a romper el posible ‘hielo’. No hizo falta; la cercanía y calidad humana de Messi nos permitió sentirnos como en familia. Breve charla, firma de camisetas y a posar para esas fotos que nos mantendrán en la eternidad. Para más fiesta, Miguel Ruiz llega con su visión artística fotográfica y nos regala una sesión impagable con destino a nuestros respectivos móviles. Un crack.
Más abrazos y pasamanos en la despedida de Luis Suárez y, poco después, con Messi partido de risa porque uno de los hijos de Gary le espeta: “Buena suerte mañana” en castellano. Sin duda, el cierre perfecto haciendo reír a su ídolo y, también, para nosotros porque finalizamos el “atraco” departiendo con el arquitecto del Barça, Ernesto Valverde. Good, very good!! Concluyendo, George, Harry, Angus y Tobias desbordados por lo vivido y nosotros contentísimos por el entrañable encuentro.
P.D. Han pasado unos días y los hijos de Gary siguen con el Síndrome de la Felicidad. El fantástico goleador me dice que se levantan para ir a estudiar o a trabajar, a pasear o a cenar pero que siguen teniendo la cabeza allí. Brutal
George, Harry, Tobias y Angus se sintieron en familia gracias a la cercanía de Leo