Juego y resultado
De pequeños, todos los niños del mundo sueñan con poder jugar en equipos como el Barça o el Madrid, pero son muy pocos los que acaban teniendo la suerte, y la calidad, para poder hacerlo. En la plantilla del Girona encontramos a tres de estos afortunados, Marc Muniesa, Carles Planas y el “Choco” Lozano. Aunque sus casos son muy distintos, dentro de cuarenta años podrán decir que jugaron en el que para muchos es el mejor equipo del mundo.
Volver al Camp Nou siempre genera “sensaciones especiales”, así lo remarcó esta semana el central, que jugó en el Barça desde los diez años hasta llegar a debutar en el primer equipo con tan solo diecisiete. El de Lloret no tuvo fortuna como jugador culé, y una lesión grave de rodilla y la poca continuidad hicieron que se marchase al Stoke City en 2013. Ahora, mucho más maduro dentro y fuera del campo, Muniesa explicó que “estaré siempre agradecido al Barça porque me ha convertido en lo que soy ahora”.
Marc Muniesa, un hombre siempre atento y humilde con la prensa, se marchó a Inglaterra hace cinco años y cuenta que no pensaba “en volver a jugar en el Camp Nou porqué sabía que esto sería muy difícil”. Después de perderse el partido de ida por lesión, remarca que le gustaría “poder jugar como titular en el campo del Barça, eso sería genial”, aunque consciente de lo complicado que es ahora mismo entrar en el once apuntó que se conformaría con “estar en la convocatoria para poder disfrutar de un escenario tan bonito y de un día histórico para la familia del Girona”.
Precisamente, tanto el Choco como Marc, estarán pendientes el sábado de las posibles rotaciones que pueda incluir Pablo Machín en el once titular. Ambos jugadores son actualmente suplentes, el primero porque tiene a Stuani como competencia y acaba de llegar y el catalán porque una lesión de tobillo le dejó fuera de combate un par de meses.
Una de las características de este Girona es que no se arruga ante nada y que la ilusión y la ambición de este equipo parece no tener límites, por ello ambos jugadores comentaron que hay posibilidades de puntuar en el Camp Nou, pero para esto hay que hacer la cosas casi perfecto. “Debemos reflejarnos en equipos como el Alavés o el Getafe, que pusieron contra las cuerdas al Barça. El Getafe acabó con premio y los vascos no, pero esto es una muestra que la cualidad de los de arriba puede desequilibrar la balanza en cualquier momento” señalaba Muniesa. El hondureño, em cambio, remarcó que los más importante será “defendernos al máximo y correr detrás el balón, pero hacer daño cuando podamos”.
En un partido especial para ambos, el “Choco” coincidirá con otra vez con los azulgrana, con quien compartió varios entrenamientos desde agosto hasta diciembre, y Muniesa se verá las caras con un gran amigo,SergiRoberto,alquereconoció haberle pedido que “nos dejen rascar como mínimo un punto porque nos estamos jugando mucho”
Hace casi 6 años el Barça jugó en Stamford Bridge la ida de las semifinales de la Champions. Perdió 1-0 en un partido totalmente dominado por el equipo de Guardiola. Alexis, Cesc, Puyol y Pedro tuvieron ocasiones clarísimas para marcar, pero entre Cech y el palo, las abortaron todas. Un gol de Drogba concedió ventaja a los ingleses, que hicieron buena esa victoria en el partido de vuelta en una de las noches más amargas que ha vivido el Camp Nou. El Barça ganaba 2-0, el Chelsea se quedó con 10 por expulsión de Terry en la primera parte, pero un gol de Ramires al filo del descanso y un penalti fallado por Messi tras el descanso frustraron al Barça, al que remató Torres con el 2-2 definitivo. Dominio total del juego en la eliminatoria, posesión media del 70-75% y a la calle. Preludio del adiós de Guardiola.
Sirva esta previa dolorosa para lanzar una pregunta: ¿El martes pasado, hubieran preferido los culés perder 1-0 habiendo jugado mucho mejor? ¿Hubieron firmado generar muchas más ocasiones de gol a cambio de tener una vuelta más complicada en casa? Anticipo la respuesta de la mayoría: NO. El Barça no estuvo inspirado o, dicho de otra manera, el Chelsea supo cortocircuitar los flujos ofensivos de Messi y compañía, pero marcar fuera de casa en la ida de una eliminatoria de Champions, juegues bien o juegues mal, tiene un valor incalculable. El ‘Messiazo’ permitirá al Barça no tener que apelar a la épica el 14 de marzo en Barcelona. Eso sí, habrá que apelar al fútbol.
No hay competición más resultadista que la Champions. Como prueba, las 3 en 4 años que ha levantado el Real Madrid. El Barça, en cambio, requiere algo más en Europa. Necesita desplegar su juego para pasar rondas y ganar el título. Le cuesta ser resultadista, aunque a veces haya que aceptarlo mirando hacia otro lado. Como un sacrificio por un bien superior. Juego y resultado. El eterno debate. Una ecuación que el Barça debe combinar con inteligencia para seguir aspirando a todo
El defensa se formó en el Barça desde los diez años y espera vivir un día histórico
El delantero hasta hace unas semanas compartía entrenos con los cracks culés