Ruben Semedo, a prisión preventiva y sin fianza
Tras prestar declaración y ante el riesgo de fuga y de reincidencia
El jugador del Villarreal, Ruben Semedo, ingresó en prisión por orden de la jueza titular del Juzgado número 6 de Llíria, ante la que el defensa portugués del conjunto castellonense prestó declaración durante toda la mañana. La magistrada decretó, tras escuchar a Semedo, su ingreso en prisión preventiva y sin fianza, al considerar que existe riesgo de fuga y de reincidencia en el delito. Le imputa delitos de homicidio en grado de tentativa, lesiones, amenazas, detención ilegal, tenencia ilícita de armas y robo con violencia.
Semedo llegó a las 08.47 de la mañana a las instalaciones judiciales de Llíria a bordo de un coche de la Guardia Civil y esposado, como se pudo comprobar cuando salió del vehículo. Cinco horas más tarde, al filo de las dos de la tarde, abandonaba el Juzgado de nuevo esposado para ser trasladado al centro penitenciario de Picasent.
Si no hay cambio en su situación, Semedo permanecerá en prisión hasta que haya juicio, por lo que ahora habrá que ver cómo actúa el Villarreal, que este pasado verano pagó 14 millones por su fichaje. El club ‘groguet’ anunció a principios de semana, tras conocerse su detención, la apertura de un expediente disciplinario.
Detenido el día 11
Ruben Semedo fue detenido el martes por la tarde en su propia vivienda por unos hechos acontecidos el pasado 11 de febrero. En aquella fecha, según la acusación, Semedo habría participado, en compañía de otras dos personas, en la retención de un hombre al que habrían amenazado con una pistola tras arrebatarle las llaves de su vivienda a fin de acceder al piso. Una vez en el interior de la vivienda, los asaltantes, además de las citadas amenazas, habrían sustraído dinero y diversos objetos de valor del propietario del piso. Tras su detención, Semedo permaneció en Patraix (Valencia).
Según el testimonio de la víctima, recogida por el diario Levante, Semedo y sus dos acompañantes (al parecer uno de ellos era primo suyo) lo amenazaron de muerte con una pistola puesta en la sien, intentaron amputarle un dedo meñique y lo agredieron con un bate de béisbol y palos de golf. Algunas fuentes, incluso, apuntan que habría sido tiroteado por Semedo y sus dos acompañantes cuando consiguió eludir su vigilancia y emprender la huida