ESTELAR GR
Gran parte de la suerte de esta Liga se decidirá el próximo domingo (16.15 h./beIN Liga) en el Camp Nou con el duelo en la cumbre entre el Barça y el Atlético de Madrid. Si los azulgrana dieron un recital ante el Girona endosando un 6-1 bajo la batuta de Leo Messi y Luis Suárez, no menos impactante fue el 2-5 de los colchoneros en el Sánchez Pizjuán contra el Sevilla merced a un ‘hat trick’ de Antoine Griezmann. El equipo del ‘Cholo’ Simeone se encomendará al crack francés, objetivo barcelonista para el próximo verano, para que prolongue su estado de gracia y el Atlético pueda poner emoción a la Liga situándose a cuatro puntos y con el ‘goal-average’ a favor en caso de triunfo en Barcelona.
Una vez dejadas atrás sus diferencias con la afición del Wanda Metropolitano tras un inicio de temporada irregular sin poder impedir la eliminación en la fase de grupos de la Champions League, casi todo vuelve a pasar en el Atlético por un renacido Griezmann. Los peligros del francés son múltiples y variopintos, propios de la estrella de categoría mundial que es. Autor de 108 goles en 272 partidos en Primera División entre la Real Sociedad y el Atlético de Madrid, Griezmann suma 11 dianas en lo que va de Liga y desde el arranque de 2018 lleva nueve goles entre todas las competiciones.
Su versatilidad es una de sus grandes virtudes. Así lo valoran también en el Barça, donde los informes sobre el francés son excepcionales. Antoine puede jugar en todo el frente de ataque, ya sea con dos o tres puntas. Incluso los técnicos azulgrana lo ven algún día incrustado en la zona que ocupan actualmente Andrés Iniesta y Philippe Coutinho gracias a su don para manejar el balón con criterio.
Su velocidad para el sprint corto y el desmarque es otro de sus puntos fuertes. Le gusta jugar al espacio y las rupturas a la espalda de los defensas, en poco espacio, son demoledoras. Así ha marcado muchos de sus goles, llegando desde atrás. Su rapidez y enorme técnica le habilita para perfilarse en carrera hacia el chut a puerta. Sin vivir en el área, Griezmann es un hombre de gol que huele la red con un repertorio rematador muy amplio. Es capaz de disparar con las dos piernas con la misma soltura y de rematar de cabeza interpretando bien los centros de sus compañeros y una potencia de salto que le hace superar a los zagueros rivales a pesar de sus 176 centímetros de altura. El francés ha regalado además un sinfín de golazos chutando en cualquier postura, ya sea de chilena, a la media vuelta o empalmando el balón sin dejarlo caer.
A balón parado es también peligrosos. Ha marcado tres goles de falta en las últimas tres Ligas con su pie izquierdo, con el que suele ejecutar también córners para explotar la trabajada pizarra de Simeone. Dotado además de una gran visión de juego y generosidad al moverse como los ángeles entre líneas, ha dado ya siete asistencias en esta Liga. Solo Leo Messi (13) y el celtiña Pione Sisto (9) superan en el ránking a un futbolista liberado de presión y responsabilidad tras la llegada del hispano-brasileño Diego Costa procedente del Chelsea en el pasado mercado invernal. Sin la necesidad de cargar con todo el peso de la delantera, Griezmann ha vuelto por sus fueros en los dos primeros meses del año dejando más patente si cabe que los 100 millones de euros en que quedará fijada su cláusula de rescisión el 1 de julio son, a día de hoy, una ganga tal y como está el mercado.
Los antídotos, desgranados por nuestros analistas Lobo Carrasco y Víctor Muñoz, pasan por no dejarle espacios para que arme la pierna para chutar con comodidad, estar encima y vigilar sus desmarques entre los dos centrales y el portero