Soluciones ofensivas
Los neófitos culinarios creen que comprando marisco fresco la buena paella está asegurada. No es tan sencillo. Tener buenos ingredientes es fundamental pero luego hay que saber combinarlos y darles su tiempo. Si te olvidas la sal o se te pasa el grano la puedes destrozar por muy buena materia prima que tengas. Es el caso del PSG. Han construido en 15 días un palacio de pladur con tres bonitas columnas en la fachada pero que no aguanta el primer temporal. Además de calidad, un buen equipo debe tener un colectivo homogéneo y solidario dirigido por un buen entrenador-estratega y comandado por un jugador líder que cohesione al grupo. Y eso es lo que tienen los equipos grandes. El tetracampeón del mundo de MotoGP, Marc Marquez, aseguró que “Piqué me metió dentro del vestuario del Barça y cuando ves el ambiente lo entiendes todo”. Y destacó que “Messi, fuera del campo, es un líder, hace piña, hace vestuario y fue el último en irse”. Esa es la clave de los 30 títulos ganados por el Barça en la última década. Ahora este vestuario necesita hablar mucho con Valverde para que, juntos, encuentren soluciones al gran problema del equipo. Le está costando marcar goles en ataque estático. De hecho, esta temporada este Barça marca más al contragolpe y se le atragantan las defensas pobladas. Si al esquema 4-4-2 utilizado le añadimos que Messi admite que juega más atrasado encontramos a un Luis Suárez excesivamente aislado. No se trata solo de jugar con más delanteros sino de encontrar alternativas para generar más ocasiones. El duelo frente a los colchoneros fue un buen ensayo de cara al Chelsea. El equipo de Conte es especialista en cerrarse y, sin Coutinho ni Iniesta ,el Barça necesitará soluciones ofensivas para reinventarse en ataque. Cambiar el dibujo, aprovechar las bandas, centrar y disparar de lejos, liberar a Rakitic o introducir a Dembélé podrían ser las alternativas. El final de temporada puede hacerse muy largo si no se ataca mejor.