‘Ladrones’ que hacen otra herida al fútbol
El dispositivo de seguridad funcionó mejor, pero los ultras del Olympique hirieron a un par de vigilantes
Los ladrones del fútbol se llevaron en el anterior partido europeo del Athletic ante el Spartak Moscú el tesoro más preciado. Una vida. La del ertzaina Inocencio Alonso. El siguiente sorteo deparó un cruce con el Olympique de Marsella. Y uno de sus ultras hirió ayer en el cuello a un vigilante de seguridad en San Mamés con un objeto punzante. El partido ya llevaba 15 minutos de juego. Un segundo guarda jurado presentaba lesiones en una mano. Fueron llevados a Basurto. Los dos fuera de peligro.
De nuevo robaron un protagonismo que no les corresponde. Aunque esta vez el dispositivo de seguridad funcionó mejor que ante las hordas moscovitas. La Ertzaintza puso controles en los peajes de Iurreta y Zarauz. Detectó a seguidores marselleses y condujo al grupo más peligroso a Zorrozaurre. Se les incautaron navajas y barras metálicas. Por otro lado, mientras en el interior de San Mamés preparaban el mosaico por la mañana, en la explanada exterior, escenario de la batalla campal a mediados de febrero, colocaban vallas metálicas.
El meeting point quedó fijado en Moyua a las 16.30 horas. Aunque a esa hora apenas había un par de decenas de hinchas del Olympique. La Ertzaintza llevó hasta allí a otros grupos, uno el de Zorrozaurre y otro que campaba por la Plaza Campuzano. Entonces, empezaron los gritos de “Puta Bilbao” y el lanzamiento de unos potentes petardos. Gran presencia policial de uniforme y de paisano. Corte por fin de carretera poco antes de las 17.00 horas.
La subida hacia San Mamés de unos 300 seguidores se hizo por la Gran Vía. Cantando, con el estribillo más recurrente de “Puta Bilbao”, más petardos y bengalas. Inmortalizados por muchísimas personas a su paso con el móvil en ristre. En ese momento, miembros del dispositivo de seguridad comentaban que los de Herri Norte estaban “tranquilos” dentro de su sede. Uno de los franceses golpeó a un fotógrafo local tirándole el móvil al suelo cuando grababa. El camino se hizo a buena velocidad, pero el problema es que era tarde, llegaron al campo solo una hora y diez minutos antes del comienzo del choque.
La ‘jaula’ que se montó funcionó. A pesar de que lanzaron una bengala, bajo una fuerte lluvia, a aficionados locales que replicaron en algún momento con “Puta Marsella”. Fue una especie de embudo con más presencia policial a medida que se acercaban al estadio y con la ayuda de las vallas de la explanada y las furgonetas de la Ertzaintza haciendo de muros. Aislados.
Ya dentro del campo, los ultras de Marsella la liaron. Encendieron bengalas y tiraron alguna a la tribuna que tenían debajo. “Fuera, fuera”. La Ertzaintza entró en su grada y parece que practicó alguna detención. Prácticamente, todo Los ultras consiguen dejar su huella de nuevo, lesiones de Mikel Rico y Yeray, la expulsión de Aduriz, eliminados...
Desierto
Lo positivo queda desierto, salvo que el público estuvo de salida con el equipo y que se deja de pensar en ultras europeos.
Quizás ya habían identificado a algún agresor.
Una pena tener que hacer una crónica así, en lugar de hablar del once, del tifo... Uno muy potente con un león entre rayos. Otro con la leyenda ‘único en el mundo’... Y con la parroquia rojiblanca empujando de salida, aunque el desfile hacia casa empezase ya en el minuto 51 con el segundo gol del Olympique. Sus ultras celebrándolo con el “Puta Bilbao” otra vez. Con el 0-2 el respetable volvió a mostrar su malestar. Heridos. Y pañolada final aprovechando las cartulinas blancas del mosaico. Noche oscura
Llegaron cantando “Puta Bilbao”, metieron bengalas al campo y las lanzaron