No hay insecticida que los pare
En torno a ‘La Pulga’ Messi ya pica el ‘mosquito’ Dembélé y dirige ‘Txingurri‘ (hormiga) Valverde
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No son pocos los que lamentan que Leo Messi, el futbolista más grande, tenga un apodo tan pequeño. Eso de ‘la pulga’ fue una ocurrencia apresurada que describía muy modestamente las primeras correrías con un balón de un jugador que luego se ha revelado irrepetible, único en su especie. Tan aficionados al mote en la Argentina futbolera, a López quizás le quedaba bien lo del ‘Piojo’, pero ¡a Messi!... a Messi le habrían sentado mucho mejor poderosos sobrenombres adjudicados anteriormente a otros, como el ‘Mariscal’ que se quedó Perfumo, o incluso ese ‘Torpedo’ que prácticamente enterró el ‘Gerd’ que precedió al apellido Müller. Quizás por ello ya hace tiempo que gana adeptos ese logotipo, ‘D10S’, que designa a Leo como sumo hacedor del fútbol.
Pero las cosas son como son y en este 2018 balompédico manda la entomología. En el Barça todo gira en torno a ‘la pulga’, pero es que además en su radio de acción está creciendo un ‘mosquito’ que al entrar en la primavera empieza a picar con muy mala leche. Se llama Ousmane Dembélé. La paternidad del apelativo fue cosa de Samuel Umtiti, en una concentración con la selección francesa. “Fue por su cara, su agilidad y su velocidad”, desveló un día el defensa. El insectario está bajo la supervisión de Ernesto Valverde, ‘Txingurri’, voz que en euskera significa ‘hormiga’, que como es sabido es un animal capaz de formar sociedades tan perfectamente organizadas que parecen un fiel reflejo de cómo juega hoy este Barça. “Tú aquí, tú allá”... y el equipo líder destacado en la Liga, en la final de Copa y en cuartos de la Champions. Javier Clemente le reveló una vez a Lluís Canut en ‘Quan s’apaguen els llums’ que fue él quien le puso a Valverde el mote a finales de los años ochenta, cuando entrenó al entonces escurridizo extremo en el Espanyol uefero. Clemente tenía un pequeño barco para pescar que se llamaba... ‘txingurri’.
El asunto no acaba ahí porque en la casa de enfrente, en el Real Madrid, manda ‘el bicho’.