Decensos y nuevo contrato de TV, retos de la ejecutiva
Una comisión negociará con Bueno
Además del nombramiento de Calleja, la ACB también decidió crear una comisión que estará facultada de poderes para negociar con Jesús Bueno, actual vicepresidente NBA en Europa, África y Oriente Medio, su posible incorporación como presidente. Dicha comision pretende reunirse en las próximas semanas con Bueno para tratar de llegar a un acuerdo. Bueno es un candidato que responde perfectamente al perfil de máximo responsable que requiere la ACB, un cargo que hasta el año pasado ocupaba Francisco Roca, y ademas es un profundo conocedor del baloncesto español e internacional tras su paso por la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP), la Federación Española de Baloncesto (FEB), de la fue fue director general, así como por sus últimos ocho años en la estructura NBA Jesús P. Ramos un desdoblamiento de las funciones que hasta el pasado año venía desarrollando Francisco Roca, como presidente ejecutivo.
En principio el nuevo presidente, que se quiere que tenga un conocimiento profundo del mundo del basket, tendría una función más representativa y de planificación estratégica mientras que Calleja se encargará de la gestión y administración en términos más empresariales. De todos modos, estas atribuciones aún están por definir. El de ayer, cuanto menos, es un primer paso para un nuevo rumbo de los clubs Alcanzar un acuerdo con la Federación Española para definir el marco de ascensos y descensos de los próximos años y firmar un nuevo contrato de derechos de televisión son los dos grandes retos que afrontan en los próximos meses los responsables ejecutivos de la ACB.
El primer punto está encallado desde el pasado verano cuando un acuerdo inicial entre ACB y FEB para un plan de ascensos prolongado no acabó siendo aprobado por la asamblea de los clubs. El plan eran dos ascensos y dos descensos las próximas dos temporadas y un ascenso y dos descensos en la 2019-20. Por lo tanto, a partir de septiembre de 2020 se definía la participación de 16 equipos en la Liga Endesa. A cambio, la FEB obtenía una serie de compensaciones económicas. Esa opción finalmente se desbarató aunque los clubs admitieron los dos descensos para esta campaña en una decisión que urgía ser tomada. Finalmente, en septiembre diseñaron una nueva hoja de ruta para lograr la reducción a 16, plan trasladado luego a FEB y CSD pero con el acuerdo pendiente de alcanzarse.
El otro frente en ACB, el del contrato televisivo, resultará clave para garantizar un cierto nivel de ingresos y mantener las estructuras actuales. La liga firmó el último acuerdo con Movistar en 2015 por un valor total de 46 millones de euros por tres temporadas, aunque en esa cifra se incluia patrocinio y el precio de las retransmisiones. Este es un contrato que llega a su fin este verano y cuyas opciones de renovación están en el aire. Podría parecer complicado alcanzar esa cifra ya que no está claro que surjan nuevos frentes de interés por el basket televisado, máxime con los recortes sufridos por las televisiones públicas, pero por otra parte la Liga ACB no deja de ser una parte fundamental del producto global del basket que ofrece Movistar+ que podría estar muy interesada en la renovación.
Finalmente, a la nueva ejecutiva le quedará el desafío más estructural de conseguir que los clubs puedan vivir más de recursos propios y no dependan tanto de las aportaciones de instituciones públicas. Según algunos estudios, la media de aportaciones públicas a los conjuntos de la ACB fue el pasado año de 873.653 euros