Pello Bilbao dedica el triunfo a Scarponi
Primeros destellos de Froome y Fabio Aru
No todos los días se puede ganar una etapa en una carrera de prestigio como el Tour de los Alpes, antes conocido como el Tour del Trentino, ante figuras como Chris Froome (Sky) o Fabio Aru (UAE), de ahí que el vasco Pello Bilbao (Astana) celebrara ayer su victoria en la primera etapa del Tour de los Alpes por todo lo alto.
El de Gernika sorprendió a los favoritos, que se atacaron varias veces entre ellos en el último puerto de la jornada (Serrada), a 6 kilómetros de la meta, antes de plantarse victorioso en meta. Varias fueron las coincidencias que se dieron en la victoria de Bilbao. Por un lado que ésta casi llega dos años después de su último triunfo –el 25 de abril en la segunda etapa en Turquía– y, por otro, que se produjo sólo un año y un día después que la última victoria del tristemente desaparecido Michelle Scarponi (Astana) –fallecido el 22 de abril de 2017 tras ser atropellado–, la cual lograba también en el Tour de los Alpes.
Por esta razón, Pello le dedicaba el éxito al que había sido su compañero de equipo. “Mi quinta victoria profesional tiene un sabor especial, justo por esta coincidencia, que viene un año después de la victoria final de ‘Scarpa’. Michele siempre tiene un lugar en nuestros corazones. Es una fuente de inspiración y motivación, y repetir su hazaña en el debut de Tour de los Alpes lo hace aún más significativo. Esta victoria es para él y su familia”.
Por otro lado, el corredor del Astana se vestía a su vez con el primer maillot fucsia de líder, aunque era consciente que lo podía perder hoy mismo en la etapa reina, entre Lavarone y Alpe di Pampeago (145 km), con una dura subida final habitual en el Giro. El propio protagonista en el día de ayer señalaba que el objetivo del equipo no era otro que el de ganar una etapa, ya logrado, y que una vez conseguido había que pensar en el siguiente, en mirar de llevar lo más arriba a Miguel Ángel López, un ‘Supermán’ al que un problema mecánico impidió rendir como de él se espera