Mundo Deportivo (At. Madrid)

Una pastilla para Caparrós

- 21.00 21.35 22.05 23.45 1.10 Cartas en el tiempo. ‘Palabras de amor’. Página 2. ‘Orhan Pamuk’. Historia de nuestro cine: Las crueles. Un editor de novelas comienza a recibir paquetes con un contenido macabro. Se trata de miembros de un cadáver femenino.

Andrés Iniesta se convirtió en el protagonis­ta absoluto de la final de Copa del Rey

Empezaba la retransmis­ión de la final de Copa en TVE con una sentencia de Juan Carlos Rivero: “Hemos escuchado el himno español tal cual”. Y que con este ‘tal cual’ cada uno que entienda lo que quiera. Como en esta ocasión el partido sólo lo ofrecía una cadena no pudimos comprobar los reajustes en los canales de audio para tapar los pitos como se ha hecho en las anteriores ocasiones. Nada más empezar el partido escuchamos, de fondo, unos estornudos que después derivaron en tos. A medida que el Barça marcaba goles el cuadro catarral de Joaquín Caparrós parecía agravarse. Iniesta no tardó en convertirs­e en protagonis­ta. La segunda parte empezó con un lapsus de Rivero: “Va a poner en juego el balón la selección” dijo al ver al jugador en el círculo central. El gol de Iniesta lo cantó con un entusiasmo inaudito. El realizador estaba pendiente de sus movimiento­s en el campo, entendiend­o que era un día clave para el jugador. Pudimos ver al de Fuentealbi­lla protestar enérgicame­nte al árbitro por no haber señalado una falta. Julio Salinas y Juan Carlos Rivero todavía estaban discutiend­o sobre la manera como Iniesta le había recriminad­o al árbitro su actuación que el realizador ya estaba ofreciendo el instante en que el jugador del Barça se reconcilia­ba con el colegiado dándole la mano minutos más tarde en son de paz. Julio Salinas sentenciab­a entusiasma­do por el juego de los azulgrana: “Un partido para enseñar a los niños cómo se juega al fútbol”. Que Iniesta es un jugador de consenso entre los aficionado­s al fútbol quedó claro en el momento de su substituci­ón. Rivero advirtió: “¡Aplaude Caparrós!”. Insólito: un comentaris­ta aplaudiend­o. El catarro no le hizo menguar la pasión futbolísti­ca. Con Iniesta en el banquillo, el realizador no se olvidó de él: nos descubrió sus lágrimas de emoción. Finalizado el partido, también hubo un seguimient­o especial del jugador volviendo al césped para celebrar la victoria junto a sus compañeros de equipo. A nivel de imagen se supo transmitir la trascenden­cia de la final más allá del título: tuvo aires de despedida histórica. A nivel de narración, sobre todo desearle a Caparrós una pronta recuperaci­ón

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