Cuestión de espacios
Poco, por no decir nada, me gusta ejercer de técnico y menos pontificar sobre el juego del Barça porque, entre otros detalles, no veo los entrenamientos y no conozco los entresijos de la plantilla. Como todo el mundo, veo partidos y opino puntualmente de lo visto, que no es verdad absoluta, por supuesto.
Pero tras la primera derrota del Barça en la Liga después de 43 encuentros, no me resisto a plasmar cuál ha sido el denominador común de las derrotas puntuales. Sí, puntuales, ya que globalmente la temporada que termina el domingo ha sido sobresaliente. El equipo de Valverde, como el de Luis Enrique e incluso el de Guardiola ,ha adolecido en sus derrotas más significativas de un posicionamiento excesivamente adelantado, lo que ha facilitado generosos espacios a sus rivales para contraatacar. Demasiada generosidad ante un rival muy motivado.
Lo ocurrido ante el Levante fue una repetición de lo ocurrido ante el Sevilla (en Liga, en aquel partido que salvó Messi en los últimos diez minutos) y en Roma, entre otros encuentros. En la final de Copa, ante el propio Sevilla, Valverde ordenó un despliegue más retrasado y el cambio fue radical: quien dispuso de espacios para correr y circular el balón fue su equipo, con el resultado por todos conocido.
La manera cómo llegaron una y otra vez los delanteros del Levante al área fue por dos motivos: porque disponían de espacios y, segundo error, por la escasa o nula capacidad de anticipación de defensas y medios de un Barça muy relajado y sin tensión, que permitieron rápidas acciones de sus rivales.
Fueron 5 goles y pudieron ser más. La temporada está a punto de terminar y Valverde y su ‘staff’ tendrán tiempo para analizar qué pasó en Roma y en el Ciutat de València para rectificar. Con los Messi, Coutinho, Suárez, Dembélé y Griezmann disfrutando de espacios para explotar su velocidad tendrá que ser por fuerza mejor que esta