Ultras agreden a técnicos y jugadores del Sporting
Unos 50 radicales irrumpieron en el entrenamiento y golpearon 3 veces a Bas Dost
La situación en el Sporting de Portugal es insostenible. Ayer 50 aficionados encapuchados irrumpieron por la tarde en la ciudad deportiva de Alcochete y agredieron a varios jugadores e integrantes del cuerpo técnico. Además, los ultras destrozaron el vestuario, donde lanzaron antorchas. La Guardia Nacional de la localidad lisboeta acudió para restablecer el orden y ya hay 21 detenidos.
Los enfurecidos seguidores, armados con barras de hierro, agredieron al primer entrenador, Jorge Jesus, su ayudante Raúl José y el fisioterapeuta Mario Monteiro. El goleador holandés Bas Dost recibió tres golpes en la cabeza y los lusos Rui Patricio y William Carvlaho, el croata Josip Misic y los argentinos Marcos Acuña y Rodrigo Battaglia también fueron atacados. A los periodistas se les amenazó para que apagasen las cámaras y no grabasen la invasión, pero varios medios divulgaron imágenes.
Varios jugadores, entre ellos Dost, se niegan a jugar el domingo la final de Copa ante el Aves e incluso estarían estudiando la rescisión de su contrato.
Jorge Jesus, reintregrado
Estos hechos violentos, repudiados “vehementemente” por el Sporting a través de Facebook y también por la Liga poetuguesa, se produjeron después de que el club lisboeta reintegrara a Jorge Jesus, quien dirigió ayer el entrenamiento, tras ser suspendido el lunes a raíz de la derrota del domingo en la última jornada del campeonato portugués ante el Marítimo (2-1). Los ‘leones’ quedaron fuera de la Champions al acabar terceros. Los jugadores habían amenazado con no disputar el domingo la final de Copa ante el Aves si Jorge Jesus no estaba en el banquillo.
El Sporting garantizó antes del violento entrenamiento que Jorge Jesus dirigirá al equipo en la final. El presidente del club, Bruno de Carvalho, el técnico y parte de la plantilla se reunieron el lunes en el estadio José Alvalade. Tras la cumbre, la prensa lusa aseguró que Jorge Jesus fue suspendido, aunque el presidente lo negó después. Ayer llegó el perdón y los incidentes