Golazo de Coutinho para honrar a Iniesta
El genial manchego no pudo marcar en su último partido, pero se despidió a lo grande, con un triunfo trabajado
A trece minutos del final, Andrés Iniesta fue sustituido por Paco Alcácer después de saborear sus últimos minutos como jugador barcelonista. Buscó irse con un gol que cerrase su legendaria carrera en el club. Un tanto que no llegó y que habría sido el gol 6.000 del Barça, tras el que marcó Coutinho. El Barça, tras una temporada agotadora, llegó justo de fuerzas a la despedida de su capitán ante una Real que, sin la necesidad de los puntos, salió a plantar cara. El golazo de Coutinho, marca de la casa, resolvió un partido emotivo con momentos de brillantez.
No llegó ese segundo gol que habría supuesto cerrar la Liga con 100 y celebrar el gol 6.000, pero Iniesta se va del Barça con un triunfo. Sin ser su mejor actuación, fue una de las más sentidas. Dejó detalles de su calidad, dirigió el juego azulgrana en los momentos en que flaqueaban las ideas y acabó exhausto.
Desde el principio se vio en el Camp Nou la voluntad de honrar la despedida de Andrés y del realista Xabi Prieto, que no salió en el once inicial. Liberados de la presión de los puntos, los veintidós futbolistas sobre el césped actuaron con más voluntad de crear juego que de actuar con rigor táctico, excepto algunos jugadores de la Real que equivocaron el guión, como Raúl Navas, con una entrada dur ísima, fuera de lugar, al tobillo de Dembélé cuando se iba disparado hacia la portería. O Illarramendi, con uno de sus clásico agarrones, esta vez al propio Iniesta después de que el manchego lo sentase en el último regate de su etapa en el Barça.
Raramente se rondó el gol en el primer tramo. Eso sí, hubo llegadas de uno y otro: Willian José, con rechace de Ter Stegen, y Oyarzabal, muy ajustado al poste, advirtieron para los donostiarras, mientras que el propio Iniesta chutó fuera por poco y Rakitic cabeceó un centro de Dembélé después de una gran jugada de Coutinho.
El corazón de Iniesta, con muchas ganas de brindar una última obra de arte, trataba de canalizar juego, buscaba pases interiores y se vaciaba en busca del gol. Pudo llegar en un penalti de Zurutuza a Semedo que se comió el árbitro, que después acertó al cortar un avance de Januzaj, completamente solo pero en fuera de juego por los pelos.
Sin Messi, esperando en el banquillo, Valverde salió con casi todo, condicionado por las bajas. Yerry Mina, en evidencia al quedar sentado en un quiebro de Januzaj, ocupó el eje junto a Piqué. Semedo actuó de lateral y en punta Dembélé se sintió a gusto como extremo puro, junto a Suárez y Coutinho en una delantera clásica.
Imposible saber con exactitud
El Barça se quedó a uno de los 6.000 en su historia en la Liga y a uno de los 100 en esta edición.
qué pasaba por la cabeza de Andrés Iniesta, pero el genial centrocampista trató de mantenerla fría, ajeno los homenajes, mientras el campeón de Liga buscaba la chispa.
No habían transcurrido cinco minutos del segundo tiempo cuando Dembélé pedía el cambio, como consecuencia de la patada de Raúl Navas, que le atacó sin piedad el tobillo del pie de apoyo en carrera. Una entrada para hacer daño con el Mundial a la vista.
Imparable fue el golazo de Coutinho que abría el marcador, con un derechazo poderoso desde la izquierda marca de la casa: una rosca letal que se coló por la escuadra. El gol ponía en marcha la fiesta e Iniesta subía a por el gol. En una acción iniciada por el propio Iniesta, Rakitic se la dio, pero en su última ‘croqueta’ la zaga le birló el balón.
El rey del gol en este Barça es Leo