40 días de ayuno
Cual judío en el bíblico desierto, el periodismo se prepara para afrontar 40 días de ayuno (aunque no de abstinencia) para poder llegar el 1 de julio a la tierra-noticia prometida y entonces gritar a los cuatro vientos, que tal y como ya había dicho fulanito ha fichado por el Barça y menganito se va del Camp Nou por la puerta de atrás. Todos vamos a decirlo todo, todos vamos a decir alguna cosa por otra pero, al final, todos habremos dado antes la noticia que no se confirmará hasta antes o después del primer encierro de San Fermín.
La travesía no se explica en la pasividad de la secretaría técnica. No es que no tenga hecho nada (que sí lo tiene) ni que no piense moverse en el próximo mes y medio (que se moverá). La explicación al no sabe, no contesta de cualquier operación que se consulte es, sencillamente, económica. Tras el doblete, el triplete es ganar dinero cuadrando los números. Y para que salgan a cuenta no se puede gastar ni un euro en fichajes. Ni tampoco anunciar lo que ya se tiene comprometido para la temporada 2018-19 no sea que se interprete como gatos imputable a esta temporada.
Bueno sería, en cambio, que la caja se alimentase de algún traspaso. Los futbolistas que están en venta ya están informados y etiquetados (Aleix, Deulofeu, André Gomes, Alcácer, Rafinha...) tienen ofertas pero los clubes que les pretenden están en la misma situación que el Barça. Tampoco pueden cargar más gastos al presente ejercicio y todo lo que hagan será después del 30 de junio. Hasta entonces, lo que procurarán será comprar lo menos posible (para poder atender al salario de los jugadores) y si no hay acuerdo por este camino, buscarán una cesión incluso proponiendo que sea el club blaugrana quien haga frente al pago de la ficha. Justo lo que el presidente Bartomeu no quiere que se haga. Las órdenes son estrictas: hay que vender y vender bien. En cuanto a comprar todo apunta a que lo que debía hacerse ya está hecho. Al margen del acuerdo anunciado con Arthur (que llegará en julio en vez de hacerlo en enero de 2019) lo más caliente es Griezmann. Y si sale bien lo del francés se hará muy poquita cosa más, o nada. Ahora bien, en esa travesía de ayuno oficial por el desierto, no habrá abstinencia porque todos los días, a todas horas, vamos leer y escuchar nombres de jugadores vinculado al fututo inmediato del Barça. En este viaje hacia el 1 de julio nos acompañarán los agentes de los futbolistas que intentarán mover a sus representados. Y entre ellos y nosotros les moveremos. Como todos los años.
El Barcelona, entre esos dimes y diretes, pretenderá rebajar sustancialmente la masa salarial, no sólo maquillarla, y por eso, como no puede bajarle el sueldo a los que van a quedarse, se reducirá la plantilla. Mejor 20 jugadores que 21 y, si apuran, mejor 19 que 20. El resto se prevé que sean futbolistas del filial que, por su parte y a dos puntos de la salvación, necesita ganar los dos partidos que le quedan para mantenerse en Segunda A. Veremos que ocurre con el Barça B... y con la secretaria técnica. Estamos llegando a finales de mayo, Robert Fernández acaba su contrato el 30 de junio y ni Pep Segura ni el presidente le hablando del 1 de julio. Para bien o para mal, es la única noticia que puede confirmar el Barça mientras sudamos la gota gorda en el desierto