Los aspirantes asedian el trono de Simon Yates
La primera de las lecturas que se extrae de la gran etapa vivida ayer es que más que una carrera hay muchas carreras, que Simon Yates no está tan fuerte como todo el mundo pensaba y que sus principales rivales no se conforman con ser meros espectadores de la exhibición de la maglia rosa y que le van a discutir el reinado hasta el final. Hoy, en la considerada por todos como la etapa reina probablemente se vea una buena muestra de esta realidad. Cierto es que el final tenido del 18ª asalto no se ajustaba bien a las características de Yates y que era mejor para sus rivales, pero sea como sea el líder mostró una debilidad que alimenta las esperanzas de sus oponentes a tres días del final en Roma.
El líder de la Corsa Rosa al acabar la jornada seguía sonriendo, pero no de forma tan efusiva, y era más escueto en sus palabras. “Estaba cansado, eso es todo. Puedo recuperarme, sin problemas. No tenía buenas piernas, lo hice lo mejor que pude y eso es todo. Todavía estoy al frente”.
Chris Froome, el gran animador en los kilómetros finales, mostró cierta sorpresa cuando vio que la roca Yates no seguía su ritmo sobre el asfalto. “No tenía ni idea que Simon (Yates) iba tan justo. Sólo cuando apreté y me giré para ver a Pozzovivo y Dumoulin vi que estaban conmigo y que no estaba Simon”. Froome, 4º, a 3’22” del líder, mostraba optimismo tras la’pájara’ del líder. ”La carrera sigue viva, con dos días extremadamente difíciles que vienen. Hoy llega el Colle Delle Finestre. Todavía queda mucho”. El cuatro veces ganador del Tour salió de la rueda de Yates como un cohete, pero antes de movió un Tom Dumoulin (2º a 28”) que al final acusó el esfuerzo. ***** ***** *
“Ha sido un buen día para mí, pero sé que las próximas dos jornadas van a ser diferentes”, mientras Pozzovivo (3º a 2’43”) se sinceraba. “Queríamos poner a prueba a la maglia rosa. Le hemos sacado cierta ventaja y nos estamos acercando”. El asedio continúa