Mundo Deportivo (At. Madrid)

“Ganar Tour, Vuelta y Giro de Italia en 10 meses es un sueño”

Froome se siente “en una nube” al ganar la ronda italiana por primera vez tras dos intentos fallidos

- Celes Piedrabuen­a

Cuando el pasado mes de noviembre de 2017 Chris Froome dijo que disputaría el Giro de Italia las cotizacion­es del ciclismo en la bolsa subieron de forma exponencia­l. Que todo un campeón como el británico, que acababa de conquistar España por primera vez después de sumar cuarto Tour, el tercero seguido, quisiera seguir desafiando la lógica del ciclismo para intentar lograr su primer Giro de Italia en su tercera presencia, en una carrera que hasta la fecha le había sido esquiva, era digno de aplaudir. Por desgracia, un mes más tarde se daba a conocer su positivo por salbutamol y éste enturbiaba el triunfo en la Vuelta, y ponía en duda su presencia en el Giro y quién sabe si en el Tour.

A la espera de saber qué dictaminar­á la justicia, a buen seguro que la preparació­n deportiva del británico de cara al Giro se vio afectada, por no hablar de la vertiente emocional, pero Froome supo sobreponer­se, concentrar­se en lo que mejor sabe hacer, que es ir en bici, y confiar siempre en sus opciones, sobre todo tras una gris contrarrel­oj inicial en la que se cayó en el reconocimi­ento, y de unos días venideros en los que parecía que nunca podría estar entre los mejores. Hasta que protagoniz­ó uno de los mayores días de gloria y valentía que se recuerdan en el ciclismo en la 19ª etapa del Giro, en la que ganó la jornada, la 2ª tras la del Monte Zoncolan, tras ir escapado casi 90 kilómetros, y se vestía con una maglia rosa que ya no abandonó.

Por toda esta suma de razones Chris Froome no podía ocultar la felicidad en Roma, El brillo de sus ojos lo delataba. “Para un ciclista no hay nada más grande que ganar el Giro de Italia”, declaró el ciclista británico en italiano, en un gesto que a buen seguro gustó en Italia y que probableme­nte hizo para agradecer la confianza que los organizado­res depositaro­n en él tras la tormenta que se generó después de su positivo por salbutamol, antes de añadir: “Estoy sin palabras, muy emocionado. El ambiente en Roma ha sido fenomenal y hacerlo rodeados de tantos monumentos es sensaciona­l. Es un sueño estar aquí con la ‘maglia’ rosa”. Se le recordaba al líder del Sky el triplete, la conocida también como la triple corona, aunque para ello es más correcto sumar dos grandes y el Mundial, y él respondía: “Es un sueño haber ganado Tour, Vuelta y Giro en diez meses”.

A 46” quedó un Tom Dumoulin que no pudo revalidar el título de 2017, lo que nadie ha logrado desde que Miguel Indurain lo hiciera en las ediciones de 1992 y 1993, y en un gesto que le honra y que demuestra que la categoría de un deportista se hace en las victorias, pero también en las derrotas, manifestó: “Estoy feliz con haber acabado 2º por mi trabajo y el del equipo. No se puede ganar siempre, yo lo di todo. No cambiaría nada. Lo que hizo Froome “ “ fue muy especial –en referencia al ataque brutal en Bardonecch­ia– y sólo hay que felicitarl­e”. No afirmó ni desmintió el holandés su presen- cia en el Tour. Una de las preguntas que queda sin respuesta tras con- cluir las 101ª edición del Giro

Tom Dumoulin (2º) Estoy feliz con haber hecho 2º. Lo he dado todo. No se puede ganar siempre. Hay que felicitar a Froome”

Miguel Á. López (3º)

Paso adelante. Trabajaré para llegar al lugar de Froome”

El Montpellie­r HB concluyó su obra maestra en la Champions League conquistan­do el título. Venció en la primera final francesa de la historia al HBC Nantes por 26-32, consiguien­do su segunda corona de campeón de Europa (y de un conjunto de su país), tras la obtenida en 2003, cuando ya estaban el entrenador Patrice Canayer y el extremo Michael Guigou.

Espléndida trayectori­a del Montpellie­r, pese a la derrota esta misma semana en su visita al SantiRapha­l que le acabará costando la corona liguera de su país. Pero en la Champions, una matrícula de honor. Llegó de los Grupos C+D, conquistan­do un puesto con los mejores eliminando al Ademar. En octavos derrumbó al Barça, en cuartos dominó al Flensburg alemán y en las ‘semis’ de la ‘Final Four’ destronó al Vardar macedonio.

Remató con una final que dominó con puño de hierro ante el Nantes. Dos piezas básicas, el meta Vincent Gérard y el central argentino Diego Simonet, MVP. El portero internacio­nal estuvo inmenso en la primera parte, bien ayudado con dos paradas de Portner en penaltis lanzados por Kiril Lazarov. El suramerica­no dio una lección de dirección, exprimió todo el talento que tiene, esta vez en Colonia sin baches de irregulari­dad.

Máxima ventaja del Montpellie­r, +4 con 11-15. Al descanso, 13-16. El Nantes empezó la segunda parte con un parcial favorable de 3-0, con tres goles obra del noruego Lie Espen Hansen. Pero siempre hubo respuesta del equipo del nuevo azulgrana Fàbregas. El Nantes llegó al 24-24, pero un 0-5 sentenció. Campeón cum laude el Montpellie­r Ángel Rigueira

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FOTO: AP Chris Froome en el centro de la imagen, junto a Dumoulin (2º) y ‘Supermán’ López (3º)

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