Un desafío de dimensión mundial
Serie MD/La nueva generación del deporte español Lidia Rodríguez, campeona del mundo y de Europa sub21 en kata, busca repetir éxitos en la élite
Los Juegos Olímpicos de Tokio verán incluido en su programa el kárate, una modalidad cuya disciplina de kata está siendo una fuente inagotable de éxitos para el deporte español en los últimos años. Con estrellas absolutas como Damián Quintero o Sandra Sánchez, muchos jóvenes vienen pisando muy fuerte desde las categorías inferiores. Es el caso de Lidia Rodríguez Encabo (23 de abril de 1997), quien en los últimos meses ha conquistado su primer mundial sub21 y su segundo europeo por edades.
Pero Lidia ya viene pisando fuerte en categoría absoluta: hace un mes se proclamó subcampeona de Europa en kata por equipos junto a Marta García y Raquel Roy, el mayor éxito de una carrera que arrancó con corta edad para ella. “Mi primo era subcampeón de España de ciclismo y yo hacía baile, pero quería algo más movido”, explica. La solución fue empezar en kárate a los cinco años. Después se decantó por la modalidad de katas.
Estas consisten en la combinación de una serie de movimientos de los cuales se valora la técnica que después se aplica en la modalidad de combate, el kumite. “Es muy complicado compaginar las dos modalidades; de hecho, no hay nadie que domine todas las técnicas que requieren las katas”, cuenta Lydia. Ella arrancó dominando las más básicas, a las cuales ha ido añadiéndoles dificultad hasta llegar a la élite. “Hay que aplicar el kata a una realidad, el kihon, y a partir de ahí comprender para qué se realiza cada movimiento”, explica.
Lydia se exprime preparando cada kata, cuya ejecución abarca entre uno y dos minutos y que requiere más de un año de preparación para ser ejecutada a la perfección. De hecho, lleva siete años perfeccionando la base de los mismos movimientos. El aspecto físico, el técnico, la expresividad y el movimiento deben ser perfectos durante cada competición, en la que hay que ejecutar varios katas en el caso de ir avanzando rondas. “Casi siempre son cinco o seis rondas de competición. Los grandes tienen cinco o seis katas diferentes y escogen en función del rival”, afirma Lidia.
Todos buscan ganar, pero los valores en el kára- te son innegociables. “Sientes ese respeto hacia el ejercicio que hace que la concentración acabe llegando sola”, comenta. Pero no solamente de concentración se vive. También, de jornadas de entrenamiento con tres horas de perfeccionamiento de las katas, una hora de físico y otra de técnica. “Lo combino con la carrera de Educación Infantil. Hasta ahora lo llevaba todo bien, pero últimamente ha sido imposible llevarlo todo al día”, lamenta.
Las competiciones también le roban tiempo. Participa en los circuitos de Premier League y de Series A con las mejores, en los que busca ganarse un hueco para que los árbitros, en un deporte que se decide por su decisión, puedan premiar su crecimiento. “Notan quién tiene más experiencia a nivel absoluto, pero creo que se me está valorando como merezco”, agradece.
El reto de ganar galones
Sin embargo, Lidia sabe que hay aspectos que tiene que seguir puliendo. “Lo que más se nota es la forma física. Aquí se requiere más potencia y más fuerza; no tienes opción de fallar”, añade. Lo ha comprobado de primera mano desde su 12º puesto mundial en el ranking: se quedó al borde de subir al podio en la Premier League de París y en las Series Mundiales de Guadalajara. En ambas competiciones, Sandra Sánchez le ganó en los combates por el bronce.
Eso sí, Lidia ya ha dejado su sello entre las mejores, situación que le permite ser ambiciosa de cara al futuro. “He sido campeona del mundo sub21 y ahora quiero serlo a nivel absoluto”, avisa. A pesar de que los últimos meses los problemas en la muñeca le han obligado a pasar en más de una ocasión por el quirófano, hace un mes Lidia luchaba por su primer gran oro absoluto en el Europeo, donde se colgaba esa plata continental por equipos. “Somos muy jóvenes y tenemos mucho potencial”, avisa de cara al futuro. Sandra sigue siendo la referente española en la prueba olímpica, la individual, donde tan solo una competidora por país puede clasificar para los Juegos. Sin embargo, Lidia promete pelea por esa plaza. “He sido capaz de solventar situaciones de dificultad, de lesiones o de quedarme fuera de campeonatos para seguir luchando por el objetivo”, recuerda. Y, aunque tenga claro que en clave olímpica París 2024 parece su opción más realista, ya tiene claros cuáles son sus retos. “Mi sueño es alcanzar medallas a nivel olímpico y ser campeona del mundo”. Por ello, con los valores de su deporte presentes, Lidia se esfuerza cada día para mantener su legado entre las mejores: busca culminar con éxito un desafío de dimensión mundial
Forma parte del equipo femenino español de kata, plata europea absoluta
Estrella individual en categorías inferiores, busca abrirse hueco entre las mejores