Los charrúas deben derrotar a Rusia para ser primeros y ceder el favoritismo
Cuenta la historia que en la final de los Juegos Olímpicos de Amsterdam en 1928 fue seguida por los aficionados uruguayos en la Plaza Independencia en Montevideo a través de enormes altavoces de un diario capitalino, en el cuál se iban reproduciendo los acontecimientos del partido que llegaban via télex de sus enviados especiales.
Así nació la leyenda: “Ataca Argentina, gol uruguayo”. Cuentan que era el simple resumen de aquel enfrentamiento. Desde el fondo de la historia, la celeste se ubica más cómoda en un escenario en el cuál su rival es el favorito y maneja la pelota. Entonces puede protegerse atrás, marcar con dientes apretados, y aprovechar espacios para sacar ataques rápidos para la potencia goleadora de Luis Suárez y Edinson Cavani.
En la rueda de prensa de ayercomparecieron Christian Stuani del Girona y Maximiliano Pereira, del Porto, y lo dejaron claro. Uruguay va por el primer lugar ante Rusia el lunes en Samara, y poco le importa que el rival sea el local y haya logrado ocho goles en dos partidos.
De hecho, la celeste se ha especializado en convertirse en ‘matalocales’. En la Copa América del 2007 eliminó a Venezuela. En Sudáfrica 2010, le ganó 3-0 a los Bafana-Bafana, y casi los sacó de su Mundial. En la Copa América del 2011, la Argentina de Messi lo sufrió en Santa Fe. En cuartos, apareció un tal Uruguay que destrozó los sueños de campeón de Lio en su tierra. Y en Chile 2015, estuvo a un paso, si no fuera por Sandro Ricci y su arbitraje.
Tabárez ratificó cambios en el entrenamiento de la mañana, y probará con línea de tres en la zaga: Gimenez, Godín y Cáceres. En el medio, Nandez abierto por derecha; Vecino, Torreira y Bentancur por el centro; y Laxalt en la izquierda. Arriba Suárez y Cavani.
El entrenador ensaya una tercera fórmula en tres partidos, tras ganar sin convencer. Ahora vienen los rivales más fuertes, y allí suele crecer Uruguay. Rusia primero, y después, sábado en Sochi o domingo en Moscú, seguro España o Portugal