A Camacho ya le gusta el VAR
Telecinco se carga ‘La Mundial’ y mejora su audiencia con una propuesta informativa
Con el España-Marruecos, Camacho se reconcilió con el VAR .Si hace unos días se desgañitaba en directo diciendo que el VAR ya puede decir misa, este lunes pasó a parecerle el mejor invento del mundo en menos de un minuto. El VAR descartó el fuera de juego en el gol de Iago Aspas y después determinó el penalti a favor de Irán, que le quitó el primer puesto del grupo a Portugal. (Por cierto, estuvo muy bien partir la pantalla para seguir el Irán-Portugal en los momentos clave). Camacho estaba feliz. “¡Lo que es el fútbol!” exclamaba. Y Kiko Narváez matizó su afirmación: “¡Lo que es el VAR!”. Y Camacho, todavía con el miedo en el cuerpo, comentaba lo que habría pasado sin el VAR: “¡Tú imagínate! Sin el penalti y sin el gol… ¡nos tiran a la calle!”. Estresados con el sufrimiento del video arbitraje, Carreño preguntó a Camacho con retintín: “¿Te gusta el VAR o no, Míster?”. Y Camacho, admitió: “¡Hoy sí!”. El comentarista estaba tan contento que hasta aprovechó para saludar a sus amigos de Ibiza, que eufóricos, le mandaron un mensaje: “Me acaba de llamar mi amigo ‘tal’, que está con Joaquín, para decirme que el VAR es una maravilla!”. Carreño le daba la razón: “¡Sí, señor! ¡Lo mejor que se ha inventado!”.
No fue la única revelación en Telecinco. Por suerte, la cadena ha decidido cargarse ‘La Mundial’, la esperpéntica tertulia tipo ‘Sálvame’ orquestada por Joaquín Prat con Matamoros y Lequio, que duró un día. En su lugar, ofrecieron un post-partido puramente informativo, con planteamientos periodísticos lógicos. J.J. Santos repartió juego entre las conexiones habituales fuera del estadio, las entrevistas de Castaño a los jugadores, las valoraciones de Kiko Narváez y las aportaciones de Camacho. También lo completaron con José Antonio Luque y Pablo Pinto. Con esta propuesta más lógica, profesional y exigente, obtuvieron más del doble de la audiencia que consiguieron con el desatino de ‘La Mundial’. Lección de humildad para los directivos que menosprecian a sus propios espectadores creyendo que deben convertirlo todo en un circo patético para generar interés