Mundo Deportivo (At. Madrid)

Polémica ambición

Rabiot tiene claros sus objetivos y no rehúye los pulsos para conseguirl­os

- F. Polo Barcelona

Adrien Rabiot (23 años) es un futbolista joven pero que ya lleva mucho tute en la elite. Debutó en 2012 con el Paris Saint-Germain y desde entonces no ha parado de crecer. Entre otras cosas, gracias a su calidad pero también a su ambición. La suya y, para ser claros, también la de su madre y representa­nte, Veronique.

Rabiot es un futbolista con las ideas claras y que ya se siente importante tanto en su club como en su selección. En el PSG empezó actuando de pivote demostrand­o que está bien dotado tanto para la distribuci­ón como para el trabajo defensivo. Sin embargo, gracias a su espectacul­ar físico, fue explorando también su potencial ofensivo pisando campo contrario y buscando el gol en el área rival. Y gracias a su potencia, su buena visión de juego y esa comentada ambición, poco a poco fue demostrand­o que aparte de ser un jugador capaz de sobresalir en la salida de balón y en fase defensiva, también podía hacerlo como llegador. El Madrid puede dar fe de ello, ya que le sufrió en la ida de octavos de final de la última Champions.

Fruto de su ambición, su madre ha pedido al PSG para renovar que su hijo quede liberado del pivote y de tareas defensivas para centrarse en las ofensivas. De hecho, en el Bernabéu jugó Lo Celso de pivote... Si ambicioso es en el campo, también lo es negociando. Su madre no ha dudado en pedir un enorme incremento al PSG para renovar. Se ha publicado que pide 7 millones netos por año. No está mal con 23. Y en la selección ya han descubiert­o que Rabiot, si no es para estar entre los elegidos, no se ve haciendo de relleno con los reservas. Una prueba, a su edad, de que no le asustan los pulsos. Eso, ante Al-Khelaifi y Deschamps, deja claro cómo se las gasta. Algo a tener en cuenta por el Barça

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