A por un reto sin precedentes en la natación española
2:23.36, la segunda mejor marca de su vida (la primera es de 2013) en el Nacional de Verano de hace unos días. “Es un tiempo que me aporta confianza, que es lo más importante, y que demuestra que las cosas se están haciendo bien. Aunque hay mucho trabajo por delante”, dice.
Será una de las muchas candidatas al podio en la braza femenina de Glasgow, con los 200 metros como prueba principal y con los 100 como la marcada para intentar dar la sorpresa. “Afronto el campeonato con mucha confianza. Vengo de hacer buenas marcas que demuestran todo el trabajo que he hecho este año. Creo que puedo competir en el 100, que me irá bien para preparar el 200”, añade.
Ese 200 lo tiene marcado en rojo. “Siempre hay el pensamiento de pelear por las medallas y ahora estoy en un buen momento.Tengo ganas de dar la mejor versión de Marina”, asegura. Sabe que su mejor versión la dio en 2012 y en 2013, pero también que tan solo falta refrendar la de este 2018 para estar muy cerca de aquella Marina García luchará en Glasgow por un reto que nunca se ha hecho realidad en la natación española: ser capaz de volver a un gran podio internacional seis años después de haber logrado su última medalla, siempre teniendo en cuenta Juegos Olímpicos, Mundiales (50 y 25 m) y Europeos (50 y 25 m).
Hasta ahora el mayor margen de tiempo entre una medalla y la inmediatamente anterior en un español son los cuatro años marcados por David Ortega y Nina Zhivanevskaya. Ortega estuvo sin subir al podio entre 2000 (oro y bronce en el Europeo de larga) y 2004 (bronce en el Europeo de larga); Nina lo hizo en clave nacional entre el Europeo de larga de 2004 (plata y bronce) y el de 2008 (plata y bronce). La últimas grandes medallas de Marina llegaron en 2012 con ese bronce en el Europeo de larga y esa plata y el bronce en el de corta