Un Camp Nou en Tánger
La pasión de Marruecos por el Barça se evidenció en las gradas del Ibn Battouta, entregadas a Messi
Aunque sin público el aspecto recordaba al Estadio de Gran Canaria, donde juega Las Palmas, el Ibn Battouta de Tánger acabó revistiéndose de Camp Nou cuando se empezó a llenar de aficionados. El Barça ejerció de local en la Supercopa de España desde el principio. De hecho, la ciudad en sí respiraba de blaugrana desde primera hora de la mañana. El norte de Marruecos vibra con la Liga y el Barcelona es el equipo más seguido en Tánger, muy por encima del Real Madrid, y lejos del Sevilla. De hecho, en la ciudad se veían más camisetas blancas madridistas que sevillistas. Aún así, los andaluces tuvieron su representación, localizada principalmente en el gol norte, a la izquierda de los banquillos.
Ya antes de que rodara el balón, el Barça, que estuvo acompañado por nueve peñas marroquíes, se sintió como en casa. Los azulgrana salieron antes a inspeccionar el césped y ya desataron una inicial explosión de júbilo, mientras que los sevillistas se llevaron una sonora pitada, la primera de varias. Cillessen, Roberto, Dembélé o Umtiti, e incluso los más jóvenes, Riqui Puig y Miranda, fueron aclamados. Pero, a falta de Messi, que se quedó en la caseta hasta el calentamiento, sobresalió Munir, que se llevó la mejor ovación.
Aunque quedó en aperitivo. Porque cuando apareció Leo todo cambió. El estadio estalló coreando su nombre y entregado al argentino a la que salió a rodar por el verde en la puesta a punto.
El 10, a pesar de que no marcó, les brindó una actuación estelar marca de la casa para que el Barcelona pudiera ganar el primer título de la temporada ante un rocoso Sevilla.
Lo hizo gracias a un gran tanto
Desde primera hora, la ciudad marroquí vivió un gran ambiente azulgrana
de Ousmane Dembélé, otro de los coreados en el segundo tiempo. “Allez Dembélé, allez Dembélé”. Y el francés respondió poniéndola a la escuadra. Como colofón, ya con el titulo en manos de Leo, vuelta de honor con el himno del Barça ante del Marruecos más culé.
La grada enloqueció con Leo Messi y coreó a Dembélé antes de que marcara el gol