El trabajo como argumento para creer
Serie MD/La nueva generación del deporte español Miquel Travé se ha demostrado a sí mismo que a base de perseverancia es capaz de alcanzar grandes metas
“Hace dos años y medio no me veía capaz de conseguir una medalla en un Mundial júnior. El progreso que he hecho en dos años y medio creo que es impresionante. Pero he invertido un montón de horas de trabajo”, dice. Ya tiene sus frutos. El ilerdesne Miquel Travé Pujal (6 de enero de 2000) se proclamó el pasado mes en la ciudad italiana de Ivrea campeón universal de C1 eºn piragüismo slalom en la categoría júnior. Ya el año anterior se había colgado una plata en la misma prueba. “Sentí mucha satisfacción porque era un objetivo fijado desde hace bastantes años”, explica.
Travé es una de las joyas de este deporte en España. A pesar de estar en edad júnior, el pasado año ya acabó decimoquinto del mundo a nivel absoluto. “Costará mucho repetirlo. Para tener más experiencia se valora mucho más la categoría sénior, pero mi objetivo de este año era la júnior”, cuenta sobre la temporada. Combina categorías de edad y también modalidades, la de C1 y la de K1. Se inició en el piragüismo slalom guiado por su padre, entrenador del equipo olímpico español en Atlanta’96. A los ocho años, cuando su progenitor se desplazó al CAR del Segre, Miquel le siguió los pasos. Ahora ya marca su propio camino. “Yo no entreno para llegar a ser campeón del mundo, sino para seguir mejorando. No me preparo tampoco de forma diferente en función de la categoría por edad en la que voy a competir”, dice.
Este año sí había preparado más el C1. Era su gran objetivo en ese Mundial júnior, en el que dobló pruebas. En K1 se quedó fuera de semifinales y acusó el cambio de chip de su oro a una prueba nueva. Pero el trabajo lo hizo en su mejor modalidad. No se dejó intimidar y se coronó campeón del mundo de su categoría. Ahora, a corto plazo, se marca otros objetivos. “Tenemos la Copa del Mundo de La Seu d’Urgell y el Mundial absoluto de Río en septiembre. En él quiero sacar una semifinal”, dice.
Combinación de disciplinas
Para lograrlo, Miquel sigue esforzándose al máximo en su día a día. Sabe que tiene aspectos que pulir en ambas pruebas. “Encuentro más natural el C1. Pero no creo que sea necesario especializarme en una de las dos. Me veo capaz de ir combinándolas”, avisa. La diferencia entre ambas la nota fundamentalmente en la palada. En el kayak debe ser más agresivo, con una cadencia mayor. En la canoa, destaca más el movimiento técnico y un ritmo propio al que le tiene más cogida la medida.
Eso sí, en el piragüismo slalom hay otro elemento fundamental como es el canal en el que se compite. Y, dentro de él, el circuito que se diseña. Son aspectos que estudia. “Al Mundial júnior fuimos una semana antes por ello; al Europeo, dos. Pero no conocemos el circuito hasta el momento en el que lo ponen”, cuenta Miquel. Una vez puesto, analiza los movimientos del agua para ver por dónde trazar luego su ruta.
Es una parte más de una preparación exhaustiva dedicada a su deporte. Se ha partido segundo de Bachillerato para seguir progresando. “Normalmente me levanto sobre las 8 o las 8:30. Entreno una hora a las 9 y a las 11 hago otra en el canal o de técnica. Después sigo con el entrenamiento técnico otras dos horas y ya por la tarde sigo con el entrenamiento hasta las 5 o así. Toca volver a casa y estudiar”, relata sobre su día a día.
Un día a día que este año tiene como siguiente reto el Mundial absoluto de La Seu. “Es clasificatorio para los Juegos de Tokio y quiero ver qué tal. Es en casa y conozco cada movimiento del agua como la palma de mi mano”, reflexiona. Los de Tokio son los primeros Juegos que aparecen en el horizonte, si bien es consciente de que, por su edad, son un objetivo lejano. Quiere seguir aportando su granito de arena al equipo español.
Después llegará el tiempo de ser ambicioso de cara al futuro. “Cuando me retire me gustaría decir que soy campeón del mundo, que tiene mucho mérito, o campeón olímpico, que es el sueño de cada deportista”, asegura. Pero sabe que para seguir avanzando tiene que confiar en sí mismo. “Hace un año y medio no me creía que pudiera estar en el equipo nacional sénior. He podido hacer una Copa del Mundo en casa y un Mundial”, reitera. Ha avanzado mucho a nivel técnico, pero sobre todo a nivel mental. Confía en sí mismo. Ese es su mayor triunfo. Miquel Travé espera poder seguir tiñendo de éxitos en el futuro una carrera que acaba de empezar. Su trabajo es su mayor argumento para creer en sus posibilidades
Se ha proclamado campeón del mundo júnior de C1 en piragüismo slalom
Es ambicioso y sueña con repetir título a nivel absoluto y con ganar el oro olímpico