Accidentada despedida de Ferrer
Nadal firma su triunfo más amargo en el US Open por la lesión de David, que dice adiós al Grand Slam sufriendo su primera retirada Rafa, hoy contra Pospisil en 2ª ronda
Torrente de elogios a David Ferrer a través de comparecencias ante los medios de comunicación o aprovechando las diferentes redes sociales. El común denominador, respeto y cariño a un tenista que es considerado modélico por sus colegas. Nada de postureo de conveniencia. Con 36 años, el de Xàbia lleva mucho tiempo recogiendo el reconocimiento de cada sector de la raqueta.
Ferrer dijo hasta luego a las pistas de tenis. Se despidió de los torneos de Grand Slam, con su esposa Marta y su hijo Leo en la grada, junto a los más sufridores Paco Fogués, entrenador, y Albert Molina, mánager. También amigos de largo recorrido, que acabaron riendo viendo cómo el alicantino era capaz de ponerse adelante en el marcador aun cojeando de la pierna izquierda. Su rival, el vigente campeón del US Open y nº 1, Rafa Nadal, se había quedado frío comprobando a la hora de encuentro en la central de Flushing Meadows, el Arthur Ashe Stadium, que su amigo se había roto físicamente en su último encuentro en uno de los cuatro ‘grandes’ del calendario del tenis.
Por dos veces recibió atención médica David Ferrer, pero el sóleo de la pierna izquierda había dicho basta. Con 6-3 y 3-4 en el marcador, el levantino se dirigió al juez de silla asegurando que “no puedo jugar”. Con la previsible rotura muscular no había margen al milagro de evitar la que será su única retirada en partido oficial de Grand Slam, precisamente en el último, el 208 de su cuenta, con balance positivo de 145 victorias y 63 derrotas. En el recuerdo la final de Roland Garros 2013, donde se cruzó, cómo no, uno de sus grandes verdugos, el mismo de la despedida, Rafa Nadal.
Clausura definitiva en casa
Una maldita metáfora de cómo se hallan uno y otro actualmente. El manacorí, liberado de lesiones, mandando en el tenis a sus 32 años. El alicantino, con 36, obligado a colgar la raqueta porque sufre sendas lesiones crónicas en los tendones de Aquiles. Muchos meses arrastrando el dolor, persiguiendo una pócima mágica ya imposible de encontrar. El 148 del mundo, Ferrer, que fuera el nº 3 y prolongado ‘top ten’, quiere despedirse “en casa”, apuntando a la gira de tierra batida de 2018, con citas en el Trofeo Conde de Godó y Madrid. Antes, Copa Hopman (junto a Garbiñe Muguruza), Auckland, Buenos Aires y Acapulco también señalados en un calendario provisional. Porque su mayor preocupación inmediata era dejar Nueva York y volver a Xàbia con los suyos. “Estoy orgulloso de haberlo dado todo, hasta la última gota. No es que no quiera, es que no puedo”, subrayó Ferrer. “Estoy un poco triste por lo sucedido con la lesión, pero soy un hombre con suerte y ahora necesito descansar unos meses para luego despedirme en casa y con mi gente”.
“Es una buena persona, gran profesional y gran amigo”, sentenció Rafa Nadal
David Ferrer
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Estoy orgulloso de haberlo dado todo, hasta la última gota. No es que no quiera seguir, es que no puedo”
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Estoy un poco triste por lo sucedido con la lesión, pero soy un hombre con suerte y ahora necesito descansar unos meses para luego despedirme en casa y con mi gente”
Rafa Nadal
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Buena persona, gran profesional y amigo”
Rafa Nadal apenas disputó una hora intensa de partido con David Ferrer. Un rodaje corto, pero necesario ya que no competía desde que conquistara el Masters 1000 ATP de Toronto, su única cita previa a la defensa de la corona del Open USA ya que renunció al torneo de Cincinnati.
Hoy, Rafa Nadal se las verá con el canadiense Vasek Pospisil, 28 años y 88º del ranking mundial. El norteamericano vivió su mejor época cuando fue el nº 25 ATP en 2014. Meses después, en el torneo de Pekín’15, el español le superó por 7-6 (3) y 6-4, en el único antecedente al duelo actual en Nueva York. “Es un buen sacador y tiene una potente derecha. Será difícil”, comentó el balear