Carreño se queda solo
Deportes Cuatro se reformula con la intención de reanimar un espacio en crisis
Manu Carreño se ha quedado solo al frente de Deportes Cuatro y la cadena ha reformulado el espacio de deportes. En cuanto a línea editorial siguen priorizando el fútbol como base esencial, en contraposición a la oferta de Antena3 y LaSexta que se inclinan obsesivamente por todo tipo de desgracias, sensacionalismos y epopeyas que usan el deporte solo como excusa.
En Deportes Cuatro desapareció la mesa estándar de informativo. Carreño está de pie al lado de una gran pantalla y muy a menudo con las manos en los bolsillos, una postura que es toda una declaración de principios en cuanto a actitud. El primer bloque, de 35 minutos (en competición directa con Jugones), son el plato fuerte en materia futbolística. Se producen varias conexiones en presunto directo con reporteros que sirven para dar paso a las noticias. No siempre la conexión está justificada ni es necesaria (algunas serían francamente ahorrables), pero parece un pretexto para dinamizar visualmente el formato. Tras esta primera parte hay una pausa publicitaria de unos eternos e insoportables 13 minutos que sirve de argucia para dividir el programa en dos partes y favorecer así los cálculos e interpretaciones de las audiencias. El segundo bloque consta de tres partes. Primero, 10 minutos de información polideportiva que puede incluir la presencia de un colaborador especializado (ayer era Antoni Daimiel con el baloncesto). A continuación, unos 10 minutos de curiosidades deportivas con Menottinto, que sirve las chorradas habituales de internet de las estrellas, batacazos varios y cosas de risa a toda velocidad y con la intensidad y la hiperactividad del dueño de una tómbola. Y para cerrar, una tertulia final machirula de periodistas con altísimas dosis de testosterona y bromas prepotentes entre colaboradores. Una especie de Tiki-Taka reloaded donde el mismo editor de Deportes Cuatro, Julio Pulido ,seha reservado una plaza preferente. Una operación para alargar (demasiado) el chicle e intentar sacudir un formato en crisis desde la separación de ‘Los Manolos’. Pretende reordenar contenidos, pero no sabe recuperar el espíritu