Valverde quiere un carrilero experimentado
Ernesto Valverde ha incluido en su lista de fichajes inmediatos un lateral izquierdo. Después de la marcha de Lucas Digne al Everton a principios del pasado mes de agosto, el técnico pidió a la secretaría técnica un lateral izquierdo experimentado que cubriera la baja del francés y fuera el relevo de Jordi Alba. La respuesta fue que confiara en la gente de casa.
Nada más certificarse la marcha del francés, Eric Abidal y los altos ejecutivos del club se reunieron con el técnico para hacerle ver que era mejor destinar el grueso del presupuesto de fichajes hacia otras demarcaciones y dar la confianza a los jugadores del Barça B que estaban pidiendo paso. En el Camp Nou entendían que el puesto estaba bien cubierto con Miranda y Cucurella y que el relevo generacional en la banda izquierda no debía alterarse con un foráneo. Además, un fichaje podría ser mal entendido por Alba.
Valverde acató la recomendación pero la opción no acaba de convencerle, y más si había un partido de Champions League de por medio. Su preferencia era Miranda, al que veía un lateral con proyección y futuro, pero quería un perfil de suplente mucho más bregado, que no necesitara rodaje si un imprevisto cerraba el paso a Alba. La temporada puede ser muy larga, entre 59 y 62 partidos, y el defensa de L’Hospitalet no puede cubrirlos todos.
Aunque Miranda había cuajado una buena pretemporada, Valverde insistió en la conveniencia de fichar a un lateral. El club estuvo rebuscando pero no llegó a tiempo para satisfacer al técnico, dispuesto a que Miranda continuara a caballo entre el primer equipo y el filial. El mercado invernal podría traerle lo que busca y en la secretaría técnica ya han abierto la carpeta. El sueño imposible es Alaba, del Bayern, a pesar de que algún directivo sondeó el entorno del jugador LA SELECCIÓN DE LUIS ENRIQUE que ganó en Wembley mostró, sobre todo, un cambio de actitud. Respecto al bloque del Mundial y de los últimos amistosos con Lopetegui, el nuevo equipo demostró su capacidad de sacrificio. El primer encuentro con un nuevo técnico siempre es especialmente motivador para los futbolistas que dan el ciento por ciento. En el terreno de juego se pudo apreciar esfuerzo y convicción, aunque los últimos 15 minutos del encuentro no dejaran satisfecho a nadie.
LUIS ENRIQUE QUIERE DEJAR su sello en la selección. Eso es evidente y natural. Y lo deja. Se pudo ver en la alineación titular, donde frenó cualquier debate con la inclusión de un De Gea resucitado y que recibió el espaldarazo del entrenador y transmitió confianza a un grupo que siempre le apoyó. También se apreció en el sustituto de Diego Costa al elegir a Iago Aspas, un delantero bastante distinto pero que indica lo que Luis Enrique quiere para la selección.
EL ENTRENADOR SEGUIRÁ haciendo modificaciones, pero fundamentalmente la selección buscará el repliegue rápido para cubrir a Busquets y robar lo más adelante posible cuando no tenga el balón y con la pelota llevará a cabo más variantes ofensivas de las que había ofrecido últimamente. Esas son las dos características básicas del nuevo espíritu de un equipo que ha perdido a Piqué, Iniesta y Silva de una sola tacada.
EL MISMO TÉCNICO, además, mirará de mantener su personalidad y tener un poco de mano izquierda en su relación con los medios. Ya se ha podido atisbar en este primer encuentro y, seguramente, se podrá confirmar en los próximos partidos. No es difícil. La receta es aplicar profesionalidad por todas partes. Lo que resulta más complicado es la actitud de algún jugador, como por ejemplo Isco, que no contestó a un periodista en una rueda de prensa. Ramos rectificó a su manera. Bien hecho