Alejan el fantasma a base de remontadas
La Real volvió a avanzarse, esta vez con rotaciones, pero con Valverde el Barça ha aprendido a ganar en Anoeta
El Barça volvió a sufrir de lo lindo en Anoeta, pero por segunda visita consecutiva remontó. El fantasma de la pésima racha que ha durado casi una década se está espantando a base de remontadas. En la pasada Liga fue un 2-4 después de los dos goles iniciales de los locales y ayer fue un 1-2 tras el inevitable gol madrugador de la Real y con un Ter Stegen inconmensurable. Esta vez, con una alineación inicial sorpresiva: mucha rotación, concentrada en el centro del campo. Tuvo que volver el once ilustre para evitar que el nuevo Anoeta, sin pista de atletismo, también fuese gafe.
El Txingurri acumuló cambios en el centro del campo en el once inicial
Durante medio partido los viejos vicios se presentaron como si tal cosa en un nuevo escenario. Remodelado en realidad, pero como si fuese nuevo, porque Anoeta es otro, con el público mucho más encima de los jugadores. Pero, en el viejo o en el nuevo, parece inevitable encajar un gol pronto. Ya sea en horario nocturno o en el incómodo horario de las cuatro de la tarde (cuarto arriba, cuarto abajo), a este Barça le cuesta aprender esta lección. Ahora se cuestionarán las rotaciones, cuando lo que pasó en la primera parte de ayer ha ocurrido antes con Pep, con Tito, con el Tata y con Luis Enrique. Sólo Valverde, un chico de San Mamés, parece tener un escudo protector de la maldición de Anoeta.
El fantasma se va a dormir
Al final, el equipo remontó. En parte gracias a un gigantesco Ter Stegen que salvó los muebles en varias contras. Habrá que analizar bien el partido y sacar conclusiones, pero lo que es seguro es que el fantasma del gafe de Anoeta parece, cuanto menos, dormido. Quizás sólo se esté echando una siesta y dentro de un