El último bar
Hubo un tiempo, a principios de la década de los sesenta, que los futbolistas tenían por costumbre en el momento de la retirada. montar un bar, invirtiendo parte de los ahorros de sus respectivas carreras. Este fue el caso de Czibor, Kocsis, Rodri, Ramallets, Segarra, que lo hizo por partida doble, o Pereda, que se atrevió con el restaurante ‘Casa Chus’. La mayoría no tuvieron largo recorrido y paulatinamente fueron cerrando, bien por falta de dedicación o de experiencia de sus afamados propietarios. Pero hubo una excepción, “Casa Tejada, que abrió sus puertas en 1964 , cuando vivía los últimos como futbolista en el Espanyol, Justo Tejada, un extremo eléctrico que presumía de haber jugado con Kubala y Di Stéfano, tras haber militado ocho años en el Barça y dos en el Real Madrid.
El local estaba situado en la calle Tenor Masini, en la zona del Turó, una de las más elitistas de Barcelona. Su barra y la terraza se hicieron rápidamente con una selecta clientela, que no se perdía el placer de degustar, preferentemente a la hora del aperitivo, el exquisito surtido de tapas (jamón ibérico, croquetas, ensaladilla, patatas bravas, albóndigas o bacalao a la llauna), además de una nada despreciable carta de vinos. Abría todos los días y cuando había futbol los habituales del Camp Nou o Sarrià solían ir a comentar jarra en mano las incidencias del partido, con la presencia infalible de Tejada, que apostado ante la caja escuchaba atento los comentarios de la concurrencia, pero sin perder hilo de las comandas que se servían en la barra. Cuando llegó la hora de la jubilación le tomaron el relevo su hijo Justo, más aficionado a la guitarra eléctrica que al balón, y un sobrino. Hasta la primavera pasada, cercanos a la ‘sesentena’ y cansados de los horarios esclavos a que está sometido el sector de la hostelería, ambos decidieron echar el cierre y bajar las persianas del último de los bares regentados por un futbolista. Mientras que su fundador, cumplidos los 85 años, todavía no hay día que perdone su partido de tenis en el Club Barcino