Marcelo, “seguimos teniendo un problema”
No hay que subirse al Apolo XIII y comunicarse con Houston para percibir que Marcelo tenía antes de lesionarse el miércoles en el Sánchez Pizjuán un evidente problema de forma física posiblemente complicado con cierta falta de concentración y de entendimiento táctico del juego específico del lateral.
Sería de necios negar la exuberante y mágica influencia que desde su posición natural el brasileño ejerce en el juego ofensivo del Real Madrid, e, incluso, de la canarinha. No de ahora, sino desde que tiene uso de razón. Pero también sería de mentecatos no reconocer que su influencia negativa en la faceta defensiva es cada vez más alarmante y quizás haya llegado el momento de que entrenador y jugador se sienten y comiencen a valorar distintas soluciones para evitar papelones como los de Sevilla, Girona, Bilbao…
Todos los rivales preparan el partido para dañar por esa banda. Son conscientes de que defensivamente es su zona más vulnerable y cada vez con más evidencias. A sus 30 años es una edad perfecta para poner sobre una balanza todo lo que pone en ataque y quita en defensa. Y desde esa premisa encontrar la solución más idónea. ¿Cambio de posición? ¿Cambio de sistema? ¿Mayor cobertura de los compañeros? No será fácil. A estas alturas Marcelo ya no puede cambiar… Entonces ya no sería Marcelo