Mundo Deportivo (At. Madrid)

Los tesoros más ocultos de Adidas

Nacida de la ruptura de los hermanos Dassler, MD visitó la sede de la compañía en una ex base militar en Herzo

- Carles Gallén

Si la estatua de Adi Dassler, que preside la entrada de la compañía, pudiera levantar la cabeza, no se lo podría creer. El humilde zapatero que fundó Adidas no daría crédito al gigante en el que se ha convertido la empresa nacida en 1949 tras la ruptura del negocio familiar que desde los años 20 compartía con su hermano Rudolf en Herzogenau­rach, una pequeña población de 24.000 habitantes a muy pocos kilómetros de Nuremberg, en la Baviera alemana.

Ubicada desde 1997 en una antigua base militar de los años 30 del siglo XX en las afueras de la ciudad, la sede central de la gran multinacio­nal alemana de calzado, material y ropa deportiva, conocida por sus caracterís­ticas tres bandas, impresiona por sus dimensione­s. En 114 hectáreas (1.140.000 metros cuadrados), alberga un enorme campus y cuatro grandes áreas: el ‘mundo del deporte’, el ‘mundo residencia­l’, el ‘mundo público’ y el ‘mundo del comercio’, en el que trabajan cerca de 4.700 empleados de unos 50 países, la mitad de ellos mujeres.

Fortaleza del deporte

Junto al veterano Chema Martínez, uno de sus atletas, el youtuber X-Buyer, con más de dos millones de seguidores, y un grupo de periodista­s españoles, Mundo Deportivo tuvo el privilegio de visitar el gran templo de Adidas y conocer de primera mano algunas de sus ‘zonas prohibidas’ como el Future Lab, donde se prueba todo el material de la marca, o el archivo en el que se almacenan, minuciosam­ente guardados a 18 grados de temperatur­a, más de 80.000 productos que la firma ha fabricado a lo largo de sus 70 años de historia.

“Para un atleta que viste Adidas como yo, visitar este lugar y conocer de primera mano la interesant­e historia de la compañía, el proceso de fabricació­n de sus productos y ver su impresiona­nte archivo no tiene precio. He quedado gratamente impresiona­do”, dijo al acabar la visita el madrileño Chema Martínez, ex campeón de Europa de 10.000 metros y subcampeón de maratón, quien aún sigue corriendo carreras de resistenci­a y aventura a sus 47 años.

La sede central de Adidas en Herzo, como se conoce familiarme­nte a la población, es como una mini fortaleza en la que hay de todo. Para hacerse una idea de sus dimensione­s, el edificio Arena, el último que se construyó y que recrea el ambiente de un estadio, tiene 50.000 metros cuadrados y ocupa el espacio de cuatro campos de fútbol. Pero el edificio estrella es el futurista ‘Laces’, que acoge las oficinas y el cuartel general, así como el majestuoso Adidas Brand Center en el que se exponen sus últimas coleccione­s y donde están prohibidas las fotos.

Una de sus zonas más restringid­as es el Future Lab, el laboratori­o en el que se prueban todos los productos que fabrica Adidas y donde sólo puede tomar imágenes el fotógrafo oficial. Equipado con múltiples cámaras de alta velocidad, una mini-pista de atletismo y un mini-campo de fútbol, también posee una recámara del clima, que

A 18º de temperatur­a

Junto a Chema Martínez y un grupo de periodista­s, MD visitó la sede de Adidas en Herzo y conoció sus secretos simula temperatur­as desde -30ºC hasta -50ºC y en la que se pueden regular y recrear las condicione­s de velocidad del viento y la humedad para probar materiales.

“Este es uno de los lugares de los que en Adidas estamos más orgullosos, donde se esconden algunos de nuestros secretos, y donde nos encanta recibir el feedback de los deportista­s que visten nuestra marca”, asegura el estadounid­ense Chris Ekman, Senior Product Manager de Adidas Running nada más pisar el laboratori­o.

Él es uno de los padres de Solarboost, la última joya de Adidas. “Es una zapatilla en cuya fabricació­n se ha aplicado por primera vez la tecnología inspirada en la NASA Tailored Fibre Placement (TFP), que hasta hace poco sólo se había usado en la industria automotriz o aeroespaci­al, lo que permite que se adapte milimétric­amente al pie del corredor”, explica Ekman con pasión.

La misma pasión que pone el empleado del archivo en el que se almacenan más de 80.000 productos fabricados por Adidas bajo unas estrictas medidas de conservaci­ón. El recinto está permanente- mente a 18 grados de temperatur­a y como en los archivos históricos de documentos, cada uno de los productos (zapatillas, ropa, bolsas, balones, etc) se encuentra en una caja cerrada para preservarl­o del posible deterioro. Para evitarlo, está prohibido tocar nada y para hacerlo es necesario utilizar unos guantes especiales que se ofrecen a los elegidos visitantes a los que se les permite entrar en este templo.

Una ciudad dividida

Las zapatillas con las que el etíope Haile Gebrselass­ie, uno de los iconos de Adidas, batió dos récords mundiales de maratón en Berlín, las que utilizó el keniano Dennis Kimetto cuando rebajó la plusmarca en el mismo escenario o históricos balones con los que se jugaron las finales de diversos Mundiales de fútbol son algunos de los tesoros que se esconden en el archivo de la firma de las tres bandas, que comparte ciudad y sana rivalidad con Puma,la empresa fundada a solo 500 metros por Rudolf, el hermano de Adi Dassler. Tanta, que medio Herzo es de Adidas y la otra mitad de Puma, que se reparten hoteles, restaurant­es y tiendas en la ciudad

El Future Lab y un archivo con 80.000 productos históricos, las joyas de la corona

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