Mundo Deportivo (At. Madrid)

Se pensó en Goretzka, Parejo, Herrera y Seri pero Robert no cedió y Segura dio el OK

- Fernando Polo Barcelona Roger Torelló Barcelona

Arthur Melo (21 años) vivió su primera gran noche en azulgrana en Wembley. Titular para sorpresa de muchos que esperaban un 4-4-2 con Vidal, recibió la confianza de Valverde para dotar de control, toque y calidad la medular azulgrana. Jugando de interior izquierdo en el ya consolidad­o 4-3-3, Arthur demostró que tiene categoría para jugar mucho en este Barça.

Nunca le quemó el balón, lo escondió cuando los tacos merodeaban sus tobillos, giró sobre sí mismo para salir de atolladero­s con elegancia y actuó siempre con la cabeza erguida, el cuello recto y los ojos escrutando en derredor suyo buscando la mejor opción de pase, que muchas veces fue Messi. Arthur contribuyó a que el Barça tuviese ese equilibrio que aún buscaba Valverde ahora que ha dejado atrás el socorrido y exitoso 4-4-2 de la pasada temporada, la del doblete LigaCopa. Además, la jugada la redondeó la buena aportación de Coutinho como extremo, que jugando cerca del área desequilib­ró al rival y no a su equipo.

Por lo de Wembley, Arthur ya puede aspirar sin rubor a ser titular en el Barça. Pero no lo ha tenido fácil. Desde que trascendió como objetivo culé ha debido superar varios obstáculos. En su último año de secretario técnico, Robert determinó que había que buscar jugadores finos para darle a la media culé el brillo que la marcha de Xavi y la ya previsible de Iniesta iban a arrebatarl­e. Se fijaron objetivos. Uno era Eriksen (Tottenham) pero sacarlo de su club era muy complejo. Y se empezó a mirar a chicos más jóvenes y menos contrastad­os. El scouting culé tenía alguna

Pese a la categoría del rival y la imponencia de un estadio como el de Wembley, Arthur empezó un poco descolocad­o, pero poco a poco fue tomándole el pulso al partido . Ante la falta de oportunida­des, no ha desesperad­o nunca y se ha dedicado a trabajar cada día para seguir mejorando y adaptándos­e, consciente de referencia de Arthur, Urbano lo conocía y a Robert le había hablado de él un agente de Porto Alegre. André Cury también lo conocía porque a sus 19 años crecía y crecía en Gremio y ya le comparaban con Xavi. Ante esos informes, Robert decidió irse a verlo jugar en directo. Y escogió la final de la Libertador­es (Gremio-Lanús) Jorge Machado. Cury armó la cita con permiso de Gremio. Y cuando Arthur vio que los emisarios culés le regalaban la camiseta del Barça, se la puso y ya no quiso quitársela.

En la época en que los móviles tienen cámaras casi de Cinemascop­e era inevitable que se hiciesen algunas fotos de recuerdo. Pero un par de ellas, donde aparecían Robert y Cury con el jugador, dieron la vuelta al mundo. Lío gordo, enfado de Gremio, malestar en el Barça, tirón de orejas a un mosqueado Robert y la consiguien­te táctica de disimular y enfriar el tema. Pero Arthur ya tenía el veneno corriendo por sus venas.

En paralelo, el Barça se movió con Goretzka, medio potente y llegador que acababa contrato con el Schalke 04. Ya iba a firmarse a Coutinho en enero de 2018 y había que decidir si apostar por otro pequeño tocador o buscar uno más físico y potente. Al manager Pep Segura le gustaba el alemán, pero al ver a Arthur también le impresionó. Goretzka podría llegar libre aunque pagando una altísima prima de fichaje porque el Bayern lo estaba luchando. Eriksen, Goretzka, Arthur... y otros nombres que se ofrecían o que aparecían en las listas de la secretaría técnica. Ander Herrera, al que conocía Valverde del Athletic; Parejo, que le gustaba; Seri, ofrecido y casi fichado por el Barça el verano anterior y que llevaba la etiqueta de ser ‘el Xavi africano’ (ejem)... Había que mojarse y a Valverde no le gustan los melones por abrir aunque tengan buena pinta. Pero Robert no retrocedió (él fichó a Valverde y lo hizo valer ante él en momentos de tensión) y Pep Segura rubricó: el hombre de futuro era Arthur. Era brasileño pero tenía una especie de ADN Barça ideal para conjugar con éxito la triple P de Segura: posesión, posición y presión.

La lesión de Aleñá, clave

Se negoció con Gremio, se pactó una opción de compra y se fijó su llegada para enero de 2019, mala fecha porque el Barça ya iría lanzado y el jugador dispondría de poco tiempo para aclimatars­e. Pero llegó la lesión de Aleñá en mayo de este año y a Segura, Robert y al CEO Grau les vino la misma idea a la cabeza: avanzar su llegada al verano de 2018. MD así lo publicó y los ejecutivos remataron la faena pese a las reticencia­s de Valverde, que las tenía como se ha visto en este inicio de curso. De hecho, ni los elogios de Messi y Suárez al brasileño al inicio de la temporada sirvieron para que el entrenador le diera mucha bola, para mosqueo de parte de la secretaría técnica. Pero llegaron los tres fiascos seguidos ante Girona, Leganés y Athletic y Valverde vio (o alguien le hizo ver) la luz. Y en Wembley, por fin, Arthur se puso esa camiseta que se enfundó en diciembre de 2017 en Porto Alegre y entusiasmó con ella a los culés. Ya no quiere volver a quitársela

quiera jugar el máximo de partidos posibles, pero es muy consciente de que parte aún con cierta desventaja respecto a los otros compañeros que ya llevan tiempo en la plantilla.

Tras este año de adaptación y maduración, Arthur sí tiene claro que en su segundo campaña, como Neymar cuando llegó del Santos, él debe exigirse más a sí mismo y lograr pelear ya de tú a tú por la titularida­d

 ?? FOTO: GETTY IMAGES ?? Arthur (22 años) impuso su fútbol en Wembley contra el Tottenham. En la imagen controla el balón ante la presión de Wanyama
FOTO: GETTY IMAGES Arthur (22 años) impuso su fútbol en Wembley contra el Tottenham. En la imagen controla el balón ante la presión de Wanyama

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