Un micrófono para el ultra
La novedad con los ultras es preguntarles qué le harían a un aficionado rival
La obsesión de los programas deportivos para recrearse en las imágenes de violencia de los ultras y narrar sus peleas con todo lujo de detalles, ha incorporado una novedad televisiva. Primero en El Chiringuito de Mega y, al día siguiente, repetido en Jugones de laSexta, el innovador planteamiento periodístico de Pedrerol, siempre a la última, consistía en entrevistar a un ultra del Brujas que se encontraron en la Plaza Mayor. Pedrerol daba paso a la escena con un trepidante suspense: “Marcos Benito con un radical del Brujas. Atentos a lo que haría si se encontrase con uno del Atleti. ¡Tela!”.
Veíamos un primer plano del radical, al que habían tenido la delicadeza de difuminar el rostro para mantener su anonimato. Era un individuo que estaba en un lugar público y que atendía voluntariamente una petición de entrevista. Es rara tanta preocupación para garantizar su privacidad, pero con la cara difuminada ya se sabe que la noticia parece más inquietante. El reportero actuó con un rigor periodístico irreprochable. Primero confirmó la actividad del personaje, no vaya a ser que se tratara de un impostor: “¿Eres un ultra del Brujas?”. Después de recibir una respuesta afirmativa, necesitaba comprobar el pedigrí del individuo: “¿Y te peleas con los ultras de los otros equipos?”. Después de obtener una respuesta afirmativa contundente y con la garantía de que el machirulo tenía suficiente categoría para ser entrevistado, pasaba a la pregunta definitiva. Le interrogaba para conocer su nivel de agallas: “Y si te encuentras con un aficionado del Atlético ¿qué haces?”. Y el individuo anónimo respondía: “¿Si vienen? Pegarles en la cara”. Impresionante. Eso es periodismo de investigación y lo demás son tonterías. “En fin…” se limitó a decir Pedrerol con actitud apesadumbrada. ¡Uy sí! ¡Qué mal! No tiene bastante cada semana montando el videoclip de turno de gente violenta que ahora les ponen el micrófono y les ofrecen sus cámaras como plataforma para difundir sus amenazas. Eso sí, luego pones cara de preocupado por las barbaridades que sueltan por esa boquita y lo energúmenos que son. El negocio televisivo de la violencia