En Wembley y Mestalla el equipo mandó. Me quedó una sensación: así perderá poco
La semana pasada le ha servido al Barça para algo muy importante: reencontrarse a sí mismo. Llevaba hasta hace poco diez partidos entre Supercopa, Liga y Champions y me daba la sensación de que el Barça no se acababa de sentir el Barça, salvo si acaso el día en el que goleó al PSV. En mi artículo del martes anterior ya expuse mi esperanza de que frente al Tottenham en Wembley el equipo recuperara las sensaciones, que para mí es lo más importante a la hora de analizar el fútbol. Por fortuna, el equipo me dio la razón. Hizo un partidazo colectivo con el añadido decisivo de tener a un Messi extremadamente determinante, más allá de sus dos goles y sus dos postes. Lo relevante fue que el Barça fue fiel al estilo que la temporada anterior le llevó a ganar la Liga y la Copa y a perder muy pocos encuentros. Creo que si sigue con esa receta tan definida también perderá muy poco esta temporada.
Mucho se ha hablado del 4-3-3. En realidad, cuando juegas con Coutinho y Messi arriba es como tener cinco centrocampistas, ya que se unen muchas veces a Busquets, Rakitic y ahora, Arthur .La incorporación de este futbolista ayuda al Barça a defender con balón, que es lo que normal e históricamente se nos da mejor. Así que en realidad sólo juegas con un punta claro, que es Luis Suárez. Para mandar en el centro del campo hay dos vías: o suben los defensas o bajan los atacantes a
Hay muchas cosas nuevas en el fútbol de hoy, pero hay otras que se han visto toda la vida. Por ejemplo, que el futbolista que no juegue lo que él considera que debe jugar esté ‘mosca’. Estos días se está hablando mucho de que Arturo Vidal está en esa situación porque un jugador de su curriculum no esté teniendo el protagonismo esperado en este inicio de temporada. Vuelvo al principio de mi reflexión. Desde que conozco el fútbol, siempre hubo en una plantilla 12 o 13 que están muy contentos porque juegan cada día, tres o cuatro que no llevan mal entrar de tanto en tanto y dos o tres que están ‘emprenyats’ porque querrían jugar siempre. La clave es que, como esto es largo, sepan reconvertir esa frustración en gasolina para la próxima vez que les toque el turno. Y si se salen, el ‘problema’ será del entrenador la media. Con Messi y Coutinho el Barça hizo sobre todo lo segundo.
Esta apuesta te lleva a controlar el partido porque dominas lazona ancha con acumulación de unos jugadores que además no fallan pases y mueven la pelota con más rapidez que el adversario. Puede que en ocasiones se aglomere tanta gente que te cueste encontrar un hueco para ver la portería de enfrente. Eso pasó en Mestalla, pero no en Wembley, donde el Barça pudo ganar perfectamente por 2-6 y nadie se habría extrañado, aunque también hubo un momento en que pudo caer un inmerecido 3-3 con un poco de mala suerte. Es el encanto del fútbol. Quien quiera hacerlo matemático se equivoca.
En Valencia también se dominó claramente y, aunque a mucho culé el empate le supo a poco porque el Madrid había perdido la víspera y parece una ocasión perdida en la Liga, creo que el Barça demostró que está en el no porque empatar en Valencia sea un mal resultado. Mucho menos aún viendo este partido en el que el Barça dominó 75 minutos de los 90 que se jugaron. Lo que no puede repetirse es encadenar malos marcadores en partidos que debes ganar. En Valencia puedes vencer, de hecho es lo que buscó siempre el equipo de Valverde, pero también puedes perder. Y no de ahora, de siempre. Por eso es un grande.
Así que, reitero: veo el futuro del Barça esta temporada con optimismo. Jugando así se van a perder pocos partidos. Y si juegas así y además le pones el ‘plus’ de Leo, pues ya lo tienes