La clarividencia de Cuatro

El programa deportivo nos ofreció un análisis de Julen Lopetegui súper revelador

Menos mal que están los de Deportes Cuatro para aclarar ciertas situaciones futbolísticas que, de otro modo, el aficionado no acabaría de dilucidar. El lunes, en el programa que presenta Manu Carreño, recurrieron a un experto en lenguaje corporal para explicarnos que Julen Lopetegui está preocupado y angustiado. Con un arranque de la temporada decepcionante y en su cuarto partido sin ganar ni marcar, no lo habíamos notado.

El experto, previa colocación estratégica para que se viera bien el rótulo con el nombre de su bufete de abogados, nos decía con la ayuda de las imágenes de Lopetegui durante el partido contra el Alavés: “Lo primero que vemos mientras está en el campo es una tensión bastante grande. ¿Dónde vemos esa tensión? Con un rostro triste que se refleja sobre todo en las cejas”. Gracias. Si no llega a ser por su meticuloso análisis de las cejas, nunca hubiésemos reparado en la tensión de Lopetegui. Cuando el técnico daba indicaciones a sus jugadores, el experto nos ofrecía una perspectiva insólita: “Las circunstancias que se dan en el terreno de juego le obligan a tomar unas decisiones que no son las que a él le habrían gustado”. Eso lo detectaba por los movimientos de sus brazos, por el rostro enfadado, la mirada baja, el cuerpo encogido y las manos en los bolsillos. Y no porque fuera evidente la debacle futbolística en esos instantes y, obviamente, que eso no era del agrado del técnico. También analizaron sus gestos en rueda de prensa. Congelaron la imagen en un instante en que Lopetegui tenía el ceño fruncido. El gesto, a vídeo parado, resultaba concluyente para el sagaz analista: “Aquí podemos ver una expresión de ira”.

Las conclusiones ventajistas de estos analistas, en las que siempre conocen el contexto de la escena, solo sirven, a nivel televisivo, para reiterar la desesperación y acentuar visualmente la crisis. Todas las interpretaciones son obvias y facilonas, nada que no deduzca el espectador, pero disfrazan de rigor supuestamente académico la circunstancia emocional que interesa a los medios: el drama