A Messi sólo le sustituye el equipo
Es único. El mejor goleador, el mejor pasador, la mejor lectura de partidos, el mejor lanzador de faltas, el líder... No hay respuesta individual posible a su ausencia. Inter y Madrid son una cuestión colectiva
No hace, no debería hacer falta, falta que nadie se devanase los sesos buscando en la plantilla un hombre que solucione o minimice la ausencia de Messi .Nolo hay. Ni aquí ni en ningún sitio. Leo es un jugador único, incluso en Argentina. El mejor futbolista en la acepción más global de ese oficio.
El mejor 7, el mejor 8, el mejor 9, el mejor 10, el mejor 11, el mejor 6, el mejor 8... el mejor todo. Su incidencia en el juego es tan relevante, que de estar o no estar en el campo va un abismo. El último día, mientras estuvo, el partido se explicaba desde su presencia. Cuando dejó de estar, todo se redujo a su ausencia ya Ter Stegen.
Sin Messi, y manteniendo el dibujo que se basa en su figura, el Barcelona jugó contra el Sevilla con la ilusión de Suárez y alguno más, más la eficacia del portero pero, sinceramente, con una venda en los ojos. Partido abierto por falta de control. Idas y venidas corriendo detrás de la pelota.
Más allá de que mañana el Inter pase por el Camp Nou en partido de Champions League y también por encima de que el domingo venga el Madrid a comer en Can Barça, lo esencial es que el Barcelona entienda que el paso adelante que se reclama específicamente para unos u otros jugadores, debe ser coral. Total.
La urgencia exige respuesta global, incluyendo la del entrenador que, más que nunca, debe tener manos libres para adecuar su esquema a la necesidad. Vamos, que nadie debería rasgarse las vestiduras y el equipo juega con cuatro en el centro del campo. Al contrario. Y es que como el mismo Valverde dijo el domingo, la baja de Messi sevaa notar. Por eso, cuantos más sean los que suman (¿Dembélé suma?) menor será el efecto de esa resta