Mundo Deportivo (At. Madrid)

El club niega que el francés llegara tarde

El partido del Sevilla acabó de evidenciar el divorcio del delantero francés con el técnico y pesos pesados del vestuario Ejercicio de personalid­ad del chileno, que ante el Inter contestó a los pitos en el cambio con 16 minutos muy competitiv­os

- Ferran Martínez Xavier Muñoz Barcelona Barcelona Aruro Vidal va a por la pelota ante la mirada de Valverde

Ousmane Dembélé no jugó ni un minuto frente al Inter de Milan . Ni tan siquiera salió a calentar. Ernesto Valverde apostó antes por Rafinha y cuando tuvo que hacer cambios optó por Semedo , pasando a Roberto al centro del campo, Arturo Vidal y Munir. Ni rastro del francés que vio todo el partido desde el banquillo. Algo que ya vivió ante Tottenham, Valencia y Sevilla, después de nueve titularida­des consecutiv­as.

En verano, la figura de Dembélé estaba en el aire a pesar que desde el club se le declarara intransfer­ible. Fuentes de la entidad ya reconocían antes de abrirse el mercado que una oferta importante como mínimo sería estudiada. Finalmente, su gol en la Supercopa y su buen inicio de curso hicieron creer de nuevo en el francés. Pero fue un espejismo. Sus problemas disciplina­rios se volvieron a repetir y especialme­nte queda por corregir su puntualida­d en los entrenamie­ntos.

Desde el club le habían dado facilidade­s para mejorar su integració­n. Una cocinera para cuidar su

Arturo Vidal escuchó pitos en el Camp Nou cuando iba a sustituir a Arthur Melo a 13 minutos del final del Barça-Inter. Casi con toda probabilid­ad los silbidos de reprobació­n iban más por la decisión técnica de Ernesto Valverde de relevar al brasileño que por dar entrada al El programa Deportes Cuatro aseguró ayer que Dembélé llegó al vestuario el día del Inter 25 minutos tarde, pero club desmintió dicha informació­n y aclaró que la hora límite fijada por Valverde eran las 19:20h y que Dembélé llegó a tiempo. Según la mencionada informació­n, los jugadores tenían que estar a las 19h en el vestuario

alimentaci­ón y, si lo necesitaba, un chófer. Pero ‘El Mosquito’ prescindió de ambos servicios. Su adaptación nunca ha acabado de ser buena. La lesión de la temporada pasada tampoco le ayudó. Además, futbolísti­camente es anárquico y eso penaliza en el juego del Barça.

Su juventud y falta de maduración eran el argumento –o la excusa– hasta ahora para tener paciencia. Pero su actitud contra el Sevilla sentó fatal tanto al técnico como dentro del vestuario. El francés no digirió bien ser el sacrificad­o en el once a favor de Coutinho. El domingo, chileno, aunque tampoco puntuaron a favor de éste sus recientes intervenci­ones en las redes sociales, que todo el mundo interpretó como una reacción a su escaso protagonis­mo. Lo cierto es que los 16 minutos que le tocó jugar a Vidal -los 13 reglamenta­dos y los tres de alarguefue­ron los mejores desde su fichaje por el Barça. tuvo que salir tras la lesión de Messi . Tardó mucho ante el estupor de Valverde, que le pedía rapidez, e irritó a sus compañeros, que jugaron con uno menos más tiempo de lo deseado. Una vez dentro, su disposició­n dejo mucho que desear. Una desgana impropia de quien quiere triunfar en el Barça.

Para alguien que disfruta sin disimulo de su apodo de ‘Rey Arturo’, con un currículum tan rico que le llevó a ser titular en clubs de la solera de la Juventus o el Bayern, no debe

Las reacciones no tardaron en llegar. Rakitic ya le dejó el recado en zona mixta, mientras Valverde le dio el toque en la rueda de prensa previa al Inter. Dentro del vestuario también hubo comentario­s al francés. El lunes algunos pesos pesados de la plantilla recriminar­on a Dembélé su actitud frente al Sevilla ser fácilmente digerible haber jugado sólo 188 minutos en el Barça. Por eso fue un paso adelante y un síntoma de personalid­ad entrar tan enchufado a un partido trascenden­tal y durante los últimos meses.

A la vez, el cuerpo técnico dijo basta y lo sentó frente al Inter. Castigo para el joven que debe aprender de sus errores. Si se lo toma como un toque de atención y reacciona, Dembélé podrá corregir su situación. Si mantiene su actitud, el francés podría sentenciar­se él mismo

de Champions League, en un ambiente claramente más favorable al sustituido que al sustituto. Con 1-0, Vidal puso los cinco sentidos y exhibió el nervio competitiv­o que motivó que el Barça se fijara en él como relevo del traspasado Paulinho. Vidal recuperó tres balones y dio diez pases buenos, uno de los cuales sirvió para elaborar junto a Ivan Rakitic y Jordi Alba el segundo y definitivo gol culé.

Otro signo positivo fue que, tras el partido, no hubo emoticonos antipático­s ni mensajes con doblez. Sólo un rotundo y solidario “excelente triunfo equipo!!”.

Todo a escasos tres días de un Barça-Madrid que llega después de que el centrocamp­ista chileno reconocier­a sus cuentas pendientes con el equipo blanco, aunque fuera con otras camisetas

 ?? FOTO: PEP MORATA ?? Ousmane Dembélé, 21 años, vio todo el partido contra el Inter desde el banquillo y ni tan siquiera salió a calentar
FOTO: PEP MORATA Ousmane Dembélé, 21 años, vio todo el partido contra el Inter desde el banquillo y ni tan siquiera salió a calentar
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FOTO:MANEL MONTILLA en el Barça-Inter

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