¿Los deportes más vistos?
Antena3 presume tener los deportes con más audiencia pero algo no cuadra
Manu Sánchez despedía ayer los deportes de Antena3 con una frase rotunda: “Somos el programa de deportes más visto de las televisiones españolas”. Lo celebraban con un vídeo de veinte segundos que resumía algunas de las imágenes del mes de octubre, mes en el que han batido su récord histórico de media de espectadores, rozando los dos millones. Si bien en un espacio de cinco minutos es más fácil obtener cuotas más altas que si haces un programa de una hora, lo dudoso de la afirmación no está en las cifras sino en otro aspecto.
¿Se puede considerar que los deportes de los informativos de Antena3 es realmente un programa de deportes? Su contenido no tiene nada que ver con los espacios de noticias deportivas (a excepción de Jugones con el que sí guarda vínculo temático y tremendista). Pero en Antena3 es difícil ver, al día siguiente de la jornada de Champions, un resumen de lo que ha dado de sí a nivel futbolístico. Es muy raro que después de un fin de semana con enorme tensión en la Liga, puedas ver el resumen del algún partido. De hecho, es difícil que en Antena3 Deportes salga un terreno de juego.
¿Puede considerarse programa de deportes un espacio donde los protagonistas son los atropellos de ciclistas, asesinatos de jóvenes deportistas, enfermos de toda índole, lesiones angustiosas en primer plano, muertes sorprendentes, peleas de ultras, peleas de padres, peleas entre jugadores rivales, culturistas dopados, árbitros arruinados llorando a cámara, niños en circunstancias difíciles, hombres rescatados al límite, accidentes de tráfico y psicópatas al volante, desgracias y calamidades varias…?
¿Es esto lo que se entiende por programa deportivo? Sin duda, no. Es algo distinto. Es un espacio que se sirve del deporte como excusa para ofrecer contenidos amarillos y sensacionalistas que usan la violencia, la desgracia y la lástima como reclamo. El deporte es un decorado de fondo. No hay admiración ni cultura del deporte. Tampoco información deportiva. Hay necesidad de espectáculo usando la desgracia ajena, que como valor deportivo es más bien dudoso