María Ascasso, una pasión forjada en acero
La vasca, que compite en la Copa del Mundo de esgrima, quiere abrir huella en este deporte
POLIDEPORTIVO
“Lo que empezó como una curiosidad se ha convertido en una pasión”, apunta María Ascasso al hablar sobre su relación con la esgrima, un deporte que tiene en esta gasteiztarra de 27 años a su máximo exponente en Euskadi. No en vano, es la primera tiradora vasca que ha logrado competir a nivel internacional. Se estrenó hace un año en la Copa del Mundo de Barcelona, cita en la que repitió el pasado viernes. “Voy a seguir hacia delante todo lo que pueda, no solo por lograr resultados, sino porque es un deporte que me gusta”, añade.
Ascasso se inició hace 13 años en la esgrima. Vio en la tele una competición y le picó el gusanillo: “Dije en casa que quería probar. En Vitoria había un curso municipal. Como iba por trimestres, pensamos: si no me gusta, no sigo y punto. Y seguí”. Ese deporte tenía algo especial que le enganchó. “Había probado muchos otros: tenis, natación, fútbol, patinaje... Inicialmente, el hecho de ser un deporte desconocido me llamó la atención. Pero lo que hizo que me enganchara es que es un deporte en el que no paras de aprender nunca. Eso me gustó muchísimo”.
Tras un paréntesis de dos años, en los que se trasladó a Francia para estudiar el bachillerato y aparcó la espada, María retomó la esgrima con fuerza: “Ya con 18 años, cuando empecé a estudiar la carrera, comencé a entrenar más en serio”.
Cambió de club para integrarse en el CEGA (Club de Esgrima Gasteiz), del que es la actual presidenta, y también de entrenador, poniéndose a las órdenes de Iñaki García, artífice en gran parte de la notable progresión de Ascasso.
2018 fue el año de su explosión, marcando varios hitos en la esgrima vasca. Fue la primera tiradora euskaldun en la modalidad de espada en categoría sénior en clasificarse para un Campeonato de España -ya lo había sido en júnior en 2012-, la primera en hacer un ‘top 10’ en un torneo del ranking estatal (9ª en Alcobendas) y la primera en disputar una Copa del Mundo, lo que además le otorgó la invitación a una concentración con la selección española.
Ascasso ha empezado también con fuerza 2019, repitiendo en la Copa del Mundo de Barcelona. Cayó en la ronda inicial de ‘poules’ y quedó en el puesto 250, pero pese a todo estaba contenta: “Me levanté el viernes fatal, con fiebre y dolor de cabeza. Para como estaba, no me salió nada mal. Tiré seis asaltos (a cinco tocados) de los cuales gané uno y en otro me quedé en cuatro. En otras circunstancias, ese lo podría haber ganado. Pero me vi más suelta que el año pasado. Me resultó todo menos apabullante. El año pasado estuve muy rígida y nerviosa tirando. Vi que, aunque con algunas rivales había una diferencia de nivel brutal, con otras no era tan grande”.
Con esa sensación de que se puede mejorar, Ascasso se marca sus objetivos. Reconoce que disputar unos Juegos Olímpicos o un Mundial “no sé si estará a mi alcance en algún momento, pero por ahora está fuera de él”. Con los pies en el suelo, se fija metas más modestas: “Me gustaría asentarme en el ‘top 20’ de la esgrima española. Lo conseguí el año pasado, aunque ahora mismo estoy la 23ª. Y, a partir de ahí, ir escalando
“Con 14 años vi por la tele esgrima, dije en casa que quería probar... Y seguí”, dice
Acabó contenta con su actuación del viernes en Barcelona, pese a quedar 250ª
Admite que disputar unos JJ.OO. está fuera de su alcance, al menos de momento
poco a poco, clasificarme para otra Copa del Mundo y acudir a alguna competición que no sea en España. El año pasado podía haber ido a alguna más, pero no me puedo pagar el viaje”, dice esta licenciada en Derecho, que trabaja en un banco: “Esto no da para vivir de ello”.
Tras su jornada laboral, dedica las tardes a su preparación y a adiestrar a niños y adultos en el arte de la esgrima en el CEGA. “Desde que, en 2014, entré como presidenta con la nueva junta, hemos hecho mucho trabajo de cantera: exhibiciones, actividades. Hemos pasado de tener 6 chavales y 10 adultos a 50 niños y niñas y unos 30 mayores”, explica Ascasso, cuyos éxitos han servido también de reclamo. “El año pasado salí bastante en la prensa y nos llamó mucha gente interesada. Se sorprendía cuando le decíamos que ya llevábamos más de 25 años con la esgrima en Vitoria”, apunta María, empeñada en abrir huella en un terreno casi inexplorado en Euskadi para que otros sigan sus pasos
Ahora es 23ª en el ranking estatal, pero confía en asentarse dentro del ‘top 20’