Lo llaman ‘guerra de gestos’
Doble vara de medir a la hora de condenar las celebraciones de los equipos
En Deportes Cuatro bautizaban como ‘guerra de gestos’ las celebraciones de los jugadores del Real Madrid ante el Atleti. El esperpéntico baile de los pajaritos de Ramos, Courtois enseñando los tres dedos a la grada, el corte de mangas de Bale y la coreografía entre Lucas Vázquez y Ramos ante la afición rival. “Es lo que pasa en partidos tan calientes como un derbi” concluían después del recopilatorio. En Jugones, el corte de mangas de Bale no lo tenían en movimiento, sino que pusieron una foto fija, restando intensidad a la escena. El baile de los pajaritos lo atribuyeron a un simpático juego personal con Griezmann. Los deditos de Courtois se quedaron en un simple “no le gustó nada a la afición del Atleti” y no enseñaron el bailecito de Vázquez y Ramos. Qué templanza informativa en contaste con lo que han hecho con las celebraciones del Barça. Música siniestra de terror y bordes de pantalla ensombrecidos para repetir en bucle a Piqué mandando callar a la afición rival. Lo llamaron provocación, ofensa y falta de respeto a la afición. Cuando Messi se quitó la camiseta y se fue directo al córner, se vendió como una afrenta del argentino a los madridistas. Música de tensión, zoom a las caras histéricas de la gente y vídeos de aficionados ofendidos. El abrazo colectivo de los culés después de un gol se analizó gesto a gesto, congelando la imagen. Una sonrisa, un dedo levantado tenía connotaciones negativas que se repetían en bucle afirmando que se trataba de una provocación. Vídeos de móvil de la propia afición mostrando el caos provocado. ¿Qué criterio existe para decidir que un baile ante la grada rival, unos dedos recordando los goles o un corte de mangas son ‘cosas que pasan en partidos calientes’ y cuándo son una falta de respeto? ¿Con qué criterio se decide que un dedo en los labios de Piqué se repite en bucle 20 veces, los dedos de Courtois solo 2, y el corte de mangas solo 1? ¿Qué criterio existe para que los presentadores se alteren ofendidos, muestren vídeos siniestros y dediquen editoriales indignados a las provocaciones del Barça o releguen con indulgencia a un simple detalle del partido los ‘gestos’ del Madrid? ¿A qué se debe que unos siempre provocan y otros solo experimentan las inevitables consecuencias de un partido caliente?