Laprovittola ya es historia copera
El base lideró el pase del Joventut con un partido increíble en el que firmó la mayor valoración de siempre (50)
La historia de la Copa del Rey está llena de momentos mágicos, como el triple de Solozábal, o actuaciones para el recuerdo, comolos 40 puntos de Epi en 1984 o los 44 de Mark Davis y Leon Woods en 1990 y 1989. Pues bien, en el imaginario colectivo de la Copa del Rey hay desde ayer un nuevo recuerdo imborrable, el de la sensacional exhibición de Nico Laprovittolla para conducir al Divina Seguros Joventut hacia las semifinales de hoy. El base argentino jugó un partido colosal ante el Baskonia para firmar 36 puntos, 7 asistencias, 4 rebotes, 4 recuperaciones y 9 faltas recibidas para una valoración de 50, la más alta de toda la historia del torneo del KO. La anterior mejor marca estaba en manos de Tankoa Beard, que el año 1990 llegó hasta 47 cuando defendía la camiseta del Pamesa Valencia.
La gesta de Laprovittola llega solo tres semanas después de que el argentino pusiera en pie a los aficionados del Olímpic de Badalona con los 40 puntos que anotó ante el Herbalife Gran Canaria (88-75). Algunos de esos aficionados volvieron a corear ayer en el WiZink Center los gritos de “MVP, MVP” hacia el argentino, que cuando fue sentado por el técnico Carles Duran a 30 segundos del final del encuentro recibió una ovación unánime de las gradas del pabellón madrileño, incluida la de los aficionados del derrotado Baskonia.
Laprovittola tenía varios motivos para intentar brillar en el partido. Por un lado, en el día internacional de la lucha contra el cáncer el argentino era uno de los jugadores cuyos puntos iban a ser traducidos en dinero (100 euros por punto) para aportar a la fundación Unoentrecienmil. Pudo ser esa su motivación o tal vez el hecho de enfrentarse a uno de sus ex equipos, un Baskonia que le dio la oportunidad de disputar la Euroliga pero que no apostó por su continuidad. O quizá le bastaba con estar en el inmejorable escaparate internacional que es la Copa del Rey, con todos los ojos del mundo del basket puestos en Madrid.
Sea por la razón que fuera, Laprovittola dibujó el que seguramente será el partido de su vida. Bajo su impulso, y con la ayuda inestimable