Mundo Deportivo (At. Madrid)

Más al pie que al espacio y poco desequilib­rio

A MEJORAR Si quiere ser más ambicioso, toca meter otro punta

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En su estreno ante el Granada, en Liga, el Barça de Quique Setién empezó batiendo registros de pases. Fue algo muy elogiado porque, en cuanto a estilo, devolvía al equipo a unos orígenes de posesión del balón que encajaban en los estándares más puristas del pasado reciente más glorioso. Sin embargo, a la hora de la verdad muchos de los pases que

Quique Setién sufrió dos reveses de campeonato nada más asumir el banquillo del Barça: Luis Suárez sufrió una operación que le tendrá cuatro meses de baja y a Dembélé otra desgracia en forma de lesión le dejó fuera de combate para toda la temporada. Además, el área deportiva no acertó a ficharle un realiza el Barça implican poco riesgo. Es cierto que conservar el balón también sirve para cansar al rival y que mientras lo tienes tú el otro no lo tiene y no te puede dañar. Sin embargo, al final la posesión debe tener un fin: acabar la jugada con peligro. Y en el Barça de Setién hay mucho más pase al pie que al espacio, cuando estos últimos, bien ejecutados, son muy peligrosos. Por ejemplo, el de Busquets a Messi en el Bernabéu. Ahí toca mejorar e insistir para generar superiorid­ades. Como también los jugadores deben atreverse a buscar más el uno contra uno y el disparo cuando la posición lo permita

HHla segunda mitad la presión del Madrid fue más efectiva y la salida de balón azulgrana, más defectuosa. En ese contexto de poco acierto se echó de menos alterar el guión con un balón largo acompañado de una subida de las líneas para sacar al equipo del aculamient­o al que le obligaba el pressing avanzado del Madrid. Lo más inquietant­e es que Eder Sarabia, en el banquillo, se quejase de forma vehemente “los putos pases largos”. Un registro en el Barça de Cruyff, tan idolatrado por Setién, un tal Koeman no dudaba en usar como arma ofensiva y de descongest­ión

Hdelantero (el deseado era el valenciani­sta Rodrigo) en el mercado de invierno. Luego, para sustituir a Dembélé llegó Braithwait­e, pero no puede jugar la Champions. Todo eso son atenuantes para Quique. Pero ni en Nápoles ni en el Bernabéu jugó con tres puntas. Ansu, que tiene regate, velocidad, va bien al espacio y corre bien los pases largos de Messi, fue suplente en los dos partidos. Y Braithwait­e, otro velocista de nivel, también fue suplente en Chamartín. Si falta profundida­d, dribling, remate y gol, Setién ya sabe lo que le toca: Ansu, Martin, o los dos

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