Sanz, impetuoso y buen presidente
Dentro de los duros momentos que estamos viviendo hay que agradecer de forma muy profunda a todos los profesionales médicos y de la sanidad que dedican horas laborables y de noche y del fin de semana a ayudar a la gente afectada por esta pandemia. Se ha impuesto que a las ocho de la noche haya una señal de agradecimiento por parte de la ciudadanía con aplausos intensos y sinceros. Salir al balón y unirse a eta demostración pública espontánea es uno de esos minutos de reconocimiento a una gente que solo se merece nuestro máximo agradecimiento. Esperemos que pronto se terminen estos actos porque se haya acabado ya la pandemia. Entonces sí que estaremos minutos y horas aplaudiendo y cogeremos aire todos
HHemos recibido la triste noticia del fallecimiento de Lorenzo Sanz. Fue un presidente impetuoso, los entrenadores le duraban poco, dirigía el club con su vicepresidente
Juan Onieva y consiguieron ganar dos Copas de Europa casi de forma sorprendente. Me invitaron, también lo hizo el Valencia, a la final que jugaron en París en el año 2000, cosa que por cierto no han hecho los últimos presidentes en Can Barça quizá motivado por el gran número de compromisos y sponsors, de gente de la TV y el teatro que tenían que invitar. Aunque yo he asistido como es lógico a todas ellas de forma privada. En la cena posterior a la victoria ante el Valencia, Onieva me dijo: “Ahora vamos a convocar elecciones”. Eso, pensando que tendrían cuatro años más de mandato. Así lo hicieron y Florentino, con aquello del voto por correo, les ganó la mano y curiosamente una junta ganadora de dos Copas de Europa fue reemplazada. Sanz era impetuoso, bueno y muy madridista
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