Vuelve una Liga, pero no el fútbol
Algo es algo. Volvió la Bundesliga, pero no el fútbol. Se pudieron ver partidos por televisión, pero el fútbol de elite no es solo la triangulación, la estrategia o los goles. Es un juego que necesita pasión, vibración, emociones. La pasión ha sido sustituida por el silencio; la vibración por las mascarillas y las emociones han dejado paso a celebraciones a dos metros con jugadores que pueden concentrarse, convivir juntos y hacer los test, pero no abrazarse. El fútbol necesita algo más que el puro juego, pero el regreso de las Ligas se ha basado fundamentalmente en dos cuestiones: recuperar el dinero para los detentadores de los derechos de televisión y por una decisión política para mirar de entretener a una parte de la sociedad devastada por la pandemia. Las dos causas son lícitas y algo es algo, pero habrá que acostumbrarse a un nuevo fútbol, sin grada, sin ambiente, sin abrazos, sin palmadas, sin aplausos. Y un dato: de seis partidos solo una victoria en casa.
EN EL REGRESO DE LA LIGA española se plantea jugar cada día, durante los 35 que dura la competición. Se entiende la prisa, pero habrá que valorar como queda la marca Fútbol después de tantos días de partidos a puerta cerrada. La capacidad de generar costumbres en la gente es muy alta y es posible que al final por querer ver cada aficionado a su equipo se acabe adecuando a una realidad fría y light que al menos pone en valor o evidencia la importancia de la gente, de los aficionados, en este apasionante y sensacional juego. Los clubs son importantes, los futbolistas, también, hasta los árbitros, pero los valores que más se asocian al fútbol están en la grada y sus estímulos. Ayer, la Bundesliga sirvió para recordarlos, pero hubiera estado bien que en la primera Liga que empieza se guardara un minuto de silencio por las víctimas del coronavirus. Eso también son valores. Y memoria ●