Los puntos valen igual

or fin volvió el fútbol a nuestras vidas después de más de sesenta días. La Bundesliga inauguró una nueva era con un partido que tuvo muchos más alicientes que los deportivos. No solo por ver si la racha de Haaland se había visto turbada por el parón, cosa que se apresuró a desmentir el noruego, sino también por constatar si un partido de fútbol nos seguía atrayendo sin el calor y el ambiente del público.

Pues bien, si con algo nos quedamos de los partidos sin afición en el campo es que podrán perderse muchas cosas, pero que los puntos en juego valen igual y serán cruciales para lo que queda de competición. El pre-partido y la motivación de los técnicos marcarán diferencias. Tendrán que modificar hábitos y crear un clima que ayude a jugar sin el aliento de la afición. Es el momento de comprobar cómo ayuda el público local a ganar (un solo vencedor en la primera jornada alemana en casa), la influencia del público en el árbitro y otros detalles en los que el aficionado nunca había reparado.

Veo un acierto la iniciativa de dar entrada hasta a 16 jugadores. Ayudará sin duda a tenerlos a todos preparados y metidos en el juego y puede prevenir lesiones si hay comunicación con el staff. Y por supuesto vamos a ver curiosas estampas, como el Madrid jugándose la Liga en el Alfredo Di Stefano, celebraciones de goles a distancia o voces de jugadores y técnicos resonando en estadios vacíos. En definitiva, escenas tan atípicas como una temporada en la que cambió casi todo menos, repito, la importancia de los puntos que se jueguen y que decidirán el campeón

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