El absurdo
Los amantes del fútbol y con la posibilidad de pagar la cuota correspondiente hemos podido disfrutar del futbol por televisión por primera vez en dos meses, pues la liga alemana ha echado a andar marcando el camino al resto de federaciones que tienen intención y permiso para hacer lo mismo. La sensación de ver las gradas vacías es extraña. Al igual que escuchar con eco los gritos de los jugadores o el golpeo de balón con tanta nitidez, pero hay algo que me ha llamado poderosamente la atención. Hemos podido ver imágenes de los futbolistas con mascarillas en el túnel de vestuarios, separaciones con distancia de seguridad para los integrantes de los banquillos y celebrar los goles sin tocarse, momento en el que me dio la sensación de estar viendo una película del maestro Luis García Berlanga en lugar de un partido de fútbol. En ocasiones perder la perspectiva del sentido común puede llevar a caer en el mas absoluto de los ridículos. Quiero pensar que será algo puntual de la primera jornada con la intención de dar ejemplo para que la población continúe concienciada con mantener la distancia con los demás, pero resulta absurdo ver tipos en permanente contacto en un córner, una barrera o por ocupar un espacio mientras sudan y se golpean durante 90 minutos para después celebrar un gol, si es que lo hay, a distancia.
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