Nada es lo que parece
Todo el mundo se pregunta cuán grande será la incidencia de la ausencia de público en el regreso de la Liga, por la exigencia e intimidación de las aficiones. Lo sucedido en Alemania puede ser una referencia. O no
Si todo sale como está previsto, el Mallorca-Barça que debería haberse jugado el 15 de marzo, se disputará en Son Moix el segundo fin de semana de junio. Es decir, más de tres meses después de la última aparición (7-M) blaugrana en la Liga. Gol de Messi de penalti a la Real y liderato en la tabla con 2 puntos de ventaja sobre el Madrid, derrotado en Sevilla por el Betis. Gol victorioso de Tello.
Justos de preparación y sin la posibilidad de medirse en amistoso contra equipos que les exijan un nivel, los equipos se jugarán el título, las competiciones europeas y la permanencia con una dificultad adicional: no habrá público en las gradas. No lo habrá hasta que acabe el Campeonato y puede que no lo haya hasta primeros de 2021. Una ausencia de la que no existen precedentes ni, por tanto, referencia de su influencia.
La única reseña constatable es la última jornada de la Bundesliga, que se reanudó el fin de semana pasado sin el respaldo de las aficiones. Si vemos los resultados, observaremos que en los nueve partidos jugados sólo ganó un equipo local: el Dortmund de Haaland endosó cuatro goles al Schalke. El dato invita a deducir que, sin la exigencia de la afición, los visitantes tienen ventaja.
La deducción se desmonta acto seguido si vamos a los resultados de la Bundesliga 2 donde se registraron cinco victorias locales, tres empates y un partido aplazado (Hannover-Dynamo Dresden). Es decir, ni una victoria visitante. Lo que parecía claro es oscuro en el escalón inferior. No queda más que esperar al desarrollo de la Liga alemana y comparar después los resultados con los que se daban con las gradas repletas. De momento, seguimos a ciegas sospechando, eso sí, que sin el apremio o la intimidación del público, saldrán favorecidos los mejores equipos y los mejores jugadores
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